sábado, febrero 1, 2025
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El albedrío y el cálculo de costes

Si pudiésemos elegir nuestras experiencias en la vida no aprenderíamos nada por eso muchas de ellas escapan a nuestro albedrío y solo podemos elegir cómo respondemos ante ellas.

Como toda obra o proyecto que realizamos en casa, los costes siempre superan los cálculos iniciales. El deseo de emprender nos hace pasar por alto algunos detalles que luego salen por el camino. Pasa en las grandes obras públicas y en las particulares.
Sin embargo usar nuestro albedrio para aceptar a Cristo como nuestro salvador, requiere emprender la senda sin cálculo de costes.

Encontramos un ejemplo en 1 Nefi 3

Lehi, amenazado de muerte, huyó al desierto. El Señor le manda volver por las escrituras y su genealogía. Ambas cosas deberíamos tenerla también nosotros en nuestra mochila de emergencia.
Lehi acude primeramente a su hijo mayor, pues respeta el orden de primogenitura.

» Por lo que el Señor me ha mandado que tú y tus hermanos vayáis a la casa de Labán, y procuréis los anales y los traigáis aquí al desierto.
Y he aquí, tus hermanos murmuran, diciendo que lo que yo les he requerido es cosa difícil; pero no soy yo quien se lo requiere, sino que es un mandamiento del Señor.» 4-5

No se menciona ningún parentesco directo con Labán, posiblemente era de su misma tribu. Éste era personaje importante ya que hablaba con los ancianos de los judíos y tenía hombres a su mando.
Un cálculo de costes reflejaría que el asunto «es cosa difícil». A esto Lehi responde que es un mandamiento del Señor, viniendo a decir que no hagan cálculos.
Ante la negativa Lehi asigna a Nefi la misión y éste responde:

«Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado.» 7

A Lamán y Lemuel esta misión les sonaba a tener una pala, cavar para hacer una cisterna sin tener claro de dónde vendrá el agua. Siempre los imaginé ceñudos y obstinados pero ¿Cuál habría sido nuestra actitud hasta el versículo 5 sin pasa antes por el 1?

Sin embargo Nefi no fue ni hizo el primer intento. El hecho de echarlo a suerte muestra la ausencia de plan y la posibilidad de ir de cada uno de ellos. Al tocarle a Lamán, fue él quien se plantó en casa de Labán y reclamó los registros, aunque tuvo que huir ante la ira del propietario. Reconozcámosle en esto, que al menos lo intentó y dio ejemplo.
Ninguno sabia de antemano lo que tendrían que hacer.

Sin saber de antemano

Después de intentar el intercambio del oro familiar por los registros, deben huir de nuevo. Un ángel les reprende por golpear a Nefi con una vara, aun así murmuran de nuevo. Entonces Nefi se adentra en la oscuridad de Jerusalén. Sus hermanos lo esperan fuera.

«E iba guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer.» 1 Nefi 4:6

Conocer el plan de salvación no nos describe el itinerario en cada momento y a veces no sabemos que ocurrirá mañana o dentro de una hora. Laman y Lemuel necesitaban un plano exacto antes de poner sus cuerpos al alcance de Labán y su espada de acero fino. Ese cálculo de costes los habría dejado sin registros y sin memoria para toda una nación.

El albedrio y el calculo de costesEl cálculo de costes al aceptar el evangelio de Cristo puede dejar sin herencia divina a incontables asignados a la hélice de nuestro DNA, que es parte de su giro eterno para nosotros.

Nada de esto se aplica a lo temporal, no intenten edificar una torre sin antes hacer un cálculo de gastos

Porque ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? Lucas 14:28

En lo espiritual, el temor a los costes nos clava en tierra, nos paraliza. Lo más que podemos hacer es esperar fuera a aquellos que se aventuran es esa oscuridad de no saber de antemano.

Los principios del evangelio.

La fe, el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo son el primer contacto que tenemos con aquello que Dios nos ha requerido hacer y esto es es cosa difícil. No hay veteranía en este cometido, estos principios nos sitúan en un viaje permanente en el tiempo tal como dicen Jacob y Alma «somos peregrinos en una tierra extraña» Alma 13:23. No es una asignatura que se aprueba para pasar a otro nivel. Este es el nivel celestial en este mundo.

Si alguien quiere encontrar doctrina profunda, como yo en mi juventud, debe profundizar en los dos primeros principios y obedeciendo los convenios del tercero, recibirá el cuarto.
Cuántas veces en la misión vi apenarse el rostro de muchos investigadores en la charla de los mandamientos cuando enseñaba la ley del diezmo.

Lo que aprendí de mis compañeros en la misión España Madrid

Cuando tocaba esa charla a menudo mis compañeros estadounidenses les gustaba que yo lo hiciera, decían eres español, lo explicas mejor. Yo respondía, tengo un acento andaluz muy fuerte y ellos contestaban me encanta tu acento. En fin.

El albedrío y el cálculo de costes
Casi podía escuchar los clics en sus mentes mientras hacían los cálculos de costes que este mandamiento suponía para ellos.

A veces el tratamiento de cálculo de costes no es lo más indicado.

Tuve un compañero de trabajo que decidió casarse con el siguiente razonamiento. Antes de contraer matrimonio, trabajaba en altos hornos de Vizcaya y vivía en una pensión donde lavaban la ropa, limpiaban y cocinaban para los huéspedes. Me dijo que un día hizo números y concluyo que le salía más barato casarse que pagar a su patrona. Se fue a su pueblo en Granada y escogió a una mujer, antes se aseguro de que cumpliría todas esas tareas a la perfección y…que no tuviese defectos o enfermedades.

Puede parecer exagerado, pero es tal como lo describo. Para terminar este relato, quiero añadir que tuvo dos hijos y ambos tuvieron carreras exitosas. Sin embargo cuando lo veía en ocasiones en la calle, el caminaba delante y su mujer muy detrás.

Buscar a Cristo y la compañía del espíritu, requiere que no hagamos cálculos. El amor no crece en entornos matemáticos o de pérdidas y ganancias.

«Ofrecerás un sacrificio al Señor tu Dios en rectitud, sí, el de un corazón quebrantado y un espíritu contrito.» DyC 59:8

Una expiación sin cálculo de costes

Cuando el Salvador aceptó ser nuestro redentor, no sabía el precio exacto que tendría que pagar. En cierta forma se dirigió a Getsemaní aquella noche «sin saber de antemano lo que iba a pasar» 1 Nefi 4:6. No tenía un cálculo de cuánto costaría nuestra liberación, no recibió una descripción detallada del Padre, solo «iba guiado por el Espíritu…» No existe un lenguaje ni celestial ni terrenal, ni existe una matemática ni sistema de medidas para ese misterio que ocurrió en Getsemaní.El albedrío y el cálculo de costes

Podemos intuir esto en sus palabras dirigidas a José Smith

«así que, te mando que te arrepientas; arrepiéntete, no sea que te hiera con la vara de mi boca, y con mi enojo, y con mi ira, y sean tus padecimientos dolorosos; cuán dolorosos no lo sabes; cuán intensos no lo sabes; sí, cuán difíciles de aguantar no lo sabes.»
DyC 19:15

A continuación pasa a describir sus padecimientos en Getsemaní. Al decirle al profeta que no sabía los padecimientos que sufriría si no se arrepentía está reconociendo que él tampoco supo la magnitud de los suyos, aquellos que iba a experimentar en el jardín. Cuando deseó desmayar (18) es cuando se le reveló el coste completo de la expiación.

Por lo tanto el Salvador se acercó a su misión tal como nosotros a nuestra senda en el evangelio, sin saber de antemano los costes. El evangelio del Padre para él, requería su fe completa, su confianza absoluta e incluso le permitía tal como Job lamentarse de su situación.

«Y cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¡Elí, Elí!, ¿lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?»
Mt. 27:46

No podría entender el desamparo sino lo conocía de primera mano.
Si hubiese tenido antes un conocimiento del costo completo de la expiación, ¿se hubiese propuesto diciendo?…

«Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre.» Moisés 4:2

¿Qué cambios haríamos en nuestra vida si supiésemos de antemano el dolor o el sufrimiento?

Celso

Cuando era misionero en la misión España-Madrid, encontramos a una familia de oro. El padre se llamaba Celso tenía esposa y dos hijas. Todos deseaban bautizarse pero Celso no terminaba de aceptar la ley del diezmo. Tenia un taller con una prensa donde hacia piezas de metal para fabricantes. El calculaba el diezmo como un gasto imprevisto que no encajaba en su negocio.

El albedrío y el cálculo de costes
Cuando me trasladaron a Valladolid me enteré de su muerte por un ictus grave. Elder Rodriguez me dijo que momentos antes de fallecer pidió ser bautizado.

Acercarse al Padre y al Hijo y aspirar a asociarnos con ellos, requiere compartir esa extraña forma de ver el mundo. Si solo nos limitamos a contar panes y peces con los dedos cómo vamos a calcular el costo de conocerlos.

A veces calculamos los costos de nuestro servicio en la iglesia y concluimos que no merece la pena hacer tal o cual cosa. Pensamos «va a decir que no»

Celso nos quería, nos invitaba a comer con frecuencia, disfrutaba con nuestra compañía. En su taller tenía un dispositivo que contaba cada pieza que el embolo formaba al golpear el metal. Trasladó ese hábito a su vida y no pudo ver que

«¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido
Mateo. 6:25

En 1975 escuchaba a Camilo Sexto cantar en una adaptación de la obra «Jesucristo Superstar» albedrio

En una de sus canciones se escuchaba «Jesucristo, Jesucristo de qué ha servido tu sacrificio» Lo que demuestra el profundo desconocimiento que hay en general de la misión del Salvador.
No obstante él no calculó cuántos lo aceptarían, simplemente lo hizo aunque fuese por uno. Por eso puede enseñar

«si…me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre!»
DyC 18:15

Si pudiésemos saber

Si pudiésemos elegir nuestras experiencias en la vida no aprenderíamos nada por eso muchas de ellas escapan a nuestro albedrío y solo podemos elegir cómo respondemos ante ellas.

El Salvador no escogió una porción de la expiación, tampoco decidió su tamaño. Si Cristo no se hubiese sometido a la voluntad del Padre, no habría sido nuestro Salvador.
Su voluntad tuvo que ser absorbida en la del Padre para su conversión en Redentor.
Al decir

«si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntadsino la tuya

Lucas 22:42

El albedrío y el cálculo de costesNos da a entender que no deseamos el dolor ni el sufrimiento por naturaleza. Que éste nos ha de ser impuesto por otra voluntad que no sea la nuestra. Sin embargo sin dolor no hay crecimiento ni aprendizaje.
Cuando el Señor le mostró a Enoc las maldades de los hombres…

«…Enoc supo, y vio las abominaciones y la miseria de ellos, y lloró y extendió sus brazos, y se ensanchó su corazón como la anchura de la eternidad; y se conmovieron sus entrañas; y toda la eternidad tembló.» Moisés 7:41

El Señor ensancha el corazón mediante la horma del padecimiento.

Como conducta natural usamos nuestro albedrío para eliminar o paliar las situaciones dolorosas. Pero así como en el vacío surgen partículas y antipartículas conformando la energía de vacío, en el plan de salvación el dolor y la oposición surgen espontáneamente como una propiedad de la vida. No podemos evitarlo y solo podemos aprender de ello aunque seamos obligados a hacerlo.

El engaño de Lucifer con nuestro albedrío

Lucifer engañó a muchos diciéndoles que el podría embridar a ese potro salvaje del cosmos con el poder del Padre y que nadie caería de él. Que lo tenia todo calculado si renunciábamos al albedrio. El albedrío estropeaba su cálculo de costes porque era una variable que dependía de cada uno de nosotros y no de él, por lo tanto había que borrarlo de la ecuación.


Eso mismo ocurre en muchas naciones donde la libertad es un problema para los fines de esos nuevos salvadores que prometen derechos como si éstos brotaran del vacío, o como si los congresos de hombre pudiesen alterar la naturaleza de la creación.
En la propuesta de Lucifer somos cautivos de nuestra propia salvación.

Bajo mi punto de vista, su propuesta obviaba intencionadamente un tema trascendental y es el de los cuerpos. Creo que muchos pensaban en volver como sea y a donde sea pero con un cuerpo, podrían decir: «no sin un cuerpo». Quizás esa potente tendencia perviva en aquellos que solo buscan el pan del cuerpo.
Esa llave de poder estaba plegada en el gran debate del albedrío.

La situación es parecida a la de Nefi y sus hermanos. Ir a Jerusalén a petición de Lehi para obtener algo imposible arriesgando sus cuerpos «…por motivo de las locas imaginaciones de su corazón» 1 Nefi 2:11 no era un plan atractivo. Sin embargo él nos pide

«Y Jesús le dijo: Ninguno que pone su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios.» Lucas 9:62

Entendiendo por mirar atrás, el calcular o considerar otros intereses ajenos al evangelio como condicionantes.

La propuesta de Lucifer tenía un calculo de costes para todos de 0. No hacia falta un Salvador sino un director, un guardián.

El primer y último calculo de costes aceptable

En Edén se decide la configuración de la vida a través de decisiones pequeñas. La configuración de ese big bang humano extiende sus filamentos hasta el presente y radia de forma sutil el inicio del plan de salvación.El albedrío y el cálculo de costes
La psicología de Adán y Eva son diferentes y es por ese desequilibrio que se produce la expansión del plan. Si Eva hubiese tenido la mentalidad de Adán

«…las cosas necesariamente serían un solo conjunto; por tanto, si fuese un solo cuerpo, habría de permanecer como muerto, no teniendo ni vida ni muerte, ni corrupción ni incorrupción, ni felicidad ni miseria, ni sensibilidad ni insensibilidad.»
2 Nefi 2:11

Porque en Adán prima la firmeza en las decisiones. La fineza del análisis de Eva, promueve el movimiento de la vida y la salida de una situación donde había mandamientos imposibles de realizar sin que antes existiese «una oposición en todas las cosas» (11)

«Y Eva, su esposa, oyó todas estas cosas y se regocijó, diciendo: De no haber sido por nuestra transgresión, nunca habríamos tenido posteridad, ni hubiéramos conocido jamás el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los que son obedientes.»
Moisés 5:11

Antes Adán se expresa de otra manera y dice: «pues a causa de mi transgresión» Eva tiene una compresión del conjunto y dice «nuestra transgresión». Observamos esto mismo en el sueño de Lehi, donde Saríah conserva siempre la visión del conjunto familiar tanto en la visión como en el viaje por el desierto, mientras que Lehi es más incisivo en el paisaje tal como un explorador.

Pero lo importante del versículo 11 es que esa conclusión a la que llega Eva es muy anterior y la desarrolló en el jardín. No hay registro escrito de esta escena en las escrituras, pero muchos la conocemos por las vivas.
Eva realizó un cálculo de costes en seguir o no el mandamiento del Padre, puso la mano en el arado y miro hacia atrás y hacia delante. Consideró desobedecer como la única salida y es por eso que transgredió.

La caída surgió de un calculo de costes, usando el albedrío. Todo el andamiaje obedecía a una estrategia legal del Padre ante la justicia. Su entramado cumplía las exigencias de la justicia y abría la puerta a la misericordia de la redención. Pero antes se necesito personas especiales y diferentes, una de ellas con la agudeza de usar su albedrio para realizar un cálculo de costes.

8 COMENTARIOS

  1. La libertad es la ley primera. La segunda ley es el orden. Sin libertad permaneceriamos como muertos en manos de Lucifer y seriamos sus esclavos. El orden nos enseña cuando hacer las cosas segun la voluntad de Dios.

  2. No sabes cuantos días llevo llorando al leer cada artículo tuyo…la emoción me embarga y se desborda, te agradezco infinitamente por estos tus análisis de las escrituras

  3. Hola David, acabo de terminar de leerlo.
    Es brillante, eres brillante.
    Te admiro mucho.
    He ido tomando notas de algunas cosas que me han parecido unas reflexiones decisivas sobre el tema.
    Yo, en ocasiones, me había planteado también algunas de éstas cuestiones.
    Pero leer tus reflexiones, me parece una maravilla.
    Anoche comencé a leerlo, y está mañana al despertar, quise hacer rápido el desayuno de Sara y poner una lavadora para leerte, antes de comenzar la reunión, que ya mismo comienza.

    Gracias, gracias, gracias!!

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