sábado, febrero 1, 2025
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Reflexiones sobre la decadencia nefita (2)

Después del anterior artículo, lectura conveniente para entender el que tiene delante, es momento de las reflexiones sobre los ciclos de decadencia nefita.
Expuse las evidencias de algunas causas de estos ciclos decadentes. Pero el Libro de Mormón no tiene como objetivo el estudio de la sociedad nefita sino declarar que Jesús es el Cristo y que su evangelio de arrepentimiento es el único camino de la salvación para el alma.
Es por eso que trabajo con pistas e indicios y no con descripciones detalladas de las condiciones de la nación y su sociedad.

Es impresionante personas tan extraordinarias como Moroni y su padre Mormón sus palabras de autocrítica cuando hicieron tanto por nosotros.

«No me condenéis por mi imperfección, ni a mi padre por causa de su imperfección, ni a los que han escrito antes de él; más bien, dad gracias a Dios que os ha manifestado nuestras imperfecciones, para que aprendáis a ser más sabios de lo que nosotros lo hemos sido.»

Mormón 9:31

La delgadez del estado nefita los sometía a los vaivenes de la naturaleza humana, pero revelaba nítidamente la situación del pueblo en cuanto a la rectitud personal. La distancia entre su propia rectitud y las consecuencias de ella no estaban amortiguadas por las regulaciones de una sociedad con un estado desarrollado.

Moroni un héroe

Nefiah había sido nombrado juez superior en el año 9 GJ (gobierno de los jueces) En el año 18 GJ Moroni es nombrado por la voz del pueblo jefe del ejército, siendo Nefiah juez superior.
En el año 19 GJ Moroni enarbola el estandarte de la libertad contra Amalickiah, que amenazaba con la monarquia junto a sus seguidores.

«Y sucedió que rasgó su túnica; y tomó un trozo y escribió en él: En memoria de nuestro Dios, nuestra religión, y libertad, y nuestra paz, nuestras esposas y nuestros hijos; y lo colocó en el extremo de un asta.»

Alma 46:12

Helamán y sus hermanos predican el evangelio al mismo tiempo que Moroni enarbola su estandarte. Esta vez el enemigo es interno y Moroni improvisa un procedimiento de su propia iniciativa.

«…cuando Moroni hubo dicho estas palabras, fue, y también envió a todas las partes del país en donde había disensiones, y reunió a todos los que estaban deseosos de conservar su libertad, con objeto de oponerse a Amalickíah…»

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Esta llamada a filas en defensa de su país, no es un mecanismo legal de defensa es una reacción de Moroni ante la situación, pero constituye en sí una consulta al pueblo, ya que cada uno decidió si combatía bajo ese estandarte o no.
Moroni era el hombre adecuado para la situación. Sin esa providencia la catástrofe habría sido total.
Una nación que se adentra en la libertad tiene que estar cubierta no solo de corazas sino sobre todo de leyes. La voluntad del monarca se sustituye por la monarquía de la ley, si ésta no consigue la densidad y la agilidad de una voluntad humana, las naciones perecen presas de parálisis.
Mantener la libertad a la larga no necesita tanto de héroes como de instituciones que saquen lo mejor de muchos mediocres pero organizados alrededor de sus leyes.
Al otro lado, Amalickiah muestra una correcta lectura de la situación y rápidos reflejos en la acción.

Reflexiones sobre los ciclos de decadencia nefita

Podríamos seguir con más ejemplos, pero lo expuesto en el anterior artículo y el comienzo de éste es suficiente.

Ahora surgen muchas preguntas que intentaré resolver o al menos acercarme.

¿Qué causaba los ciclos de decadencia nefita?

He intentado mostrar que no solo el orgullo, que sería la causa final, sino la falta de un estado desarrollado que amortiguara los ciclos de decadencia en la fe de Jesucristo. Que diera margen a la población para el arrepentimiento y que no hubiese esa transmisión directa entre decadencia religiosa y la decadencia social, la económica y a la postre falta de seguridad.

¿Por qué no se corrigió ese problema?

Se intentó, se creó jurisprudencia contra los atentados de acabar con el estado de derecho.
Por ejemplo, ante la pretensión de una parte del pueblo de cambiar esas leyes en el año 25 GJ para permitir la monarquía, Pahoran se negó. Pero ante la insistencia, ocurre esto

«Y sucedió que la voz del pueblo decidió este asunto de su contención. Y aconteció que la voz del pueblo se declaró a favor de los hombres libres, y Pahorán retuvo el asiento judicial, lo cual causó mucho regocijo entre los hermanos de Pahorán, así como entre muchos de los amigos de la libertad…»

Alma 51:7

De nuevo otra consulta sobre el fundamento de la sociedad nefita. Antes se hizo con Amlicí, la siguiente la hace Moroni al levantar su estandarte, el pueblo decide si quiere seguirlo o no, cuando debió ser leva obligatoria por ley. Ahora con Pahoran, se permite una nueva consulta para saber si quieren jueces o un rey.

Además ¿por qué se alegran los hermanos de Pahoran del resultado de la consulta?
Al principiar el año 40 GJ, Pahorán muere. Entonces Pahorán, Paanqui y Pacumeni, hijos de Pahoran se disputan el asiento judicial. Siguen teniendo la descendencia como factor de relevo, vestigio de la monarquía. Otra vez interviene la voz del pueblo para la solución del problema. Esto muestra que no tenían desarrollado un sistema de sucesión en los cargos «civiles» que se alejara de la línea familiar usada en la monarquía. La voz del pueblo ocupa el vacío de leyes inexistentes.

Al volver a consultar el mismo asunto, muestran que no tienen medios para aplicar la ley, les falta músculo estatal. El pueblo tiene que suplir peligrosamente una decisión que debería estar blindada por ley.

¿Por qué no fueron capaces de corregir sus deficiencias?

Para nosotros, desde nuestro siglo, es muy fácil señalar los problemas y proponer soluciones.
En Roma la transición a una república de leyes fue por la rebelión ante la tiranía de Tarquino el soberbio. Sin embargo los nefitas no tienen una revolución sino una transición pacífica. Además, fue a propuesta de un rey, Mosíah II, querido y justo al igual que los anteriores, Benjamín y Mosíah I.

reflexiones sobre la decadencia nefita



En esa transición, a diferencia de Roma, no había conciencia real de los problemas y falta de libertad en la monarquía. No hubo una verdadera conversión política que habría dado un cuerpo de leyes avezadas en defenderse de la tiranía. Esa transición se basó, en un convenio religioso de los allí presentes, en apoyar el gobierno de los jueces, no tomó realmente la consistencia de una constitución.

Por otra parte sus deficiencias, lo son para nosotros desde nuestra perspectiva histórica. En su siglo ellos representaron las luces que luego brillaron en Occidente. Lo que consiguieron es una hazaña inspirada en su religión. Eran adelantados a su época y pagaron el precio de no tener referentes.

¿Por que el Señor no les mostró mejores soluciones?

Podemos hacer esa pregunta en multitud de situaciones en las escrituras.
Por qué el Señor no evitó la quiebra del Kirtland Safety Society a principios de 1837, quiebra que provocó una crisis en la iglesia y la apostasía de muchos santos. Por qué el Señor no avisó al profeta y le dijo algo como «José no eres banquero, no sabes de esto, dedícate a otra cosa»

Por qué no se remedio antes la sangría que supuso perder la fuerza de tantos hermanos de raza negra que no tuvieron el sacerdocio hasta 1978. He escrito sobre esto dos artículos, donde observamos un principio de no intervención del Señor con sabias intenciones.
Por qué perder las 116 páginas, perder el templo de Kirtland, el incendio del de Nauvoo. Por qué crecemos al 1,7% anual en lugar del 7% de los años 70, también escribí sobre esto.


Por qué no enseñó a los nefitas a desarrollar un gobierno más eficiente.
Contestaré a esta última según mi percepción del asunto.

Rara vez

Rara vez el Señor interviene mientras no sea a demanda. Incluso la primera visión fue bajo demanda de José Smith. Para la revelación de 1978, el pte. Kimball tuvo que esperar hasta conseguir la unanimidad del Cuórum de los doce y entonces orar por el cambio.
Siempre hay una consulta, pregunta, oración, reflexión o deseo profundo.
En mi opinión el Señor no intervino en procurar soluciones nuevas a su gobierno porque ellos ni siquiera eran capaces de concebir las preguntas adecuadas, porque eran personas de su tiempo y su historia y la vivían lo mejor que sabían.
No tiene mucho sentido intervenir en la historia de una nación para un salto evolutivo de su constitución, cuando esto requiere una crecimiento gradual de su pensamiento colectivo.
Al forzar, aunque sea una mejora, dejaría descolgados al resto que no entenderían dichos cambios.

Un entorno esponjoso

Por otra parte y para mí esto es lo más importante, la realidad nefita, con todas sus deficiencias, era el entorno perfecto para ellos de vivir el evangelio. El evangelio «rueda» en todos los entornos y el suyo era especial.
Si el Señor nos maldijera hoy día con falta de lluvias, tenemos pantanos, trasvases, desaladoras, sondeos para buscar agua, barcos de abastecimiento, ayudas para agricultores etc. No digo que al final su voluntad quedara sin efecto, su voluntad es más poderosa que cualquier esfuerzo nuestro. Pero hay una especie de entorno esponjoso que amortigua nuestra percepción.
En la proclamación de la familia nos dice:

"Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre las personas, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos."
Proclamación sobre la familia

Si esta proclamación hubiese sido dada al pueblo nefita, las calamidades hubieran acontecido en pocos años porque sus naciones y comunidades eran muy delgadas.
Sin embargo en nuestra civilización, los resultados tardan más en percibirse por la gran cantidad de tejido social que forman nuestras naciones y comunidades, una especie de cuerpo esponjoso. Es más difícil leer en nuestro tiempo los designios divinos que en el tiempo nefita.

En lo que respecta al plan de salvación y la acción profética, podríamos decir que los nefitas interactuaban a tiempo real con la palabra de los profetas. Esto daba una visión muy clara para aquel que buscase ver, sin embargo hoy nos movemos en una maraña de ideas y mensajes cada uno orbitando a nuestro alrededor.
En la actualidad hay una demora o latencia hasta que llega la consecuencia de la transgresión de la sociedad a cada individuo. Pero eso sí, cuando llega el arrepentimiento es muy difícil porque hay una inercia en el entorno que obstaculiza un cambio de dirección.
Sin embargo la sociedad nefita se recuperaba en un tiempo breve de esos ciclos de decadencia, sólo tenían la inercia de su propia alma para rectificar.

Reflexiones sobre la decadencia nefita

Personalmente aprendo lo que ellos enseñaron. Jesucristo es el Hijo de Dios, nuestro Redentor y que es el único camino para la salvación mediante la fe, el arrepentimiento en su nombre y las ordenanzas del evangelio.
Además, y objetivo de estos dos artículos, he señalado algunas deficiencias en su constitución y gobierno.

Sin embargo quiero insistir en este detalle. Aventurarse en la libertad desde una monarquía, implica errores. Es como iniciar una era espacial, los fracasos y accidentes están garantizados hasta acumular la experiencia necesaria.
Un intento exitoso de realizar lo que los nefitas procuraron lo encontramos en la fundación de EEUU, Tocqueville nos dice.

«Ya he hablado sobre esto lo suficiente para esclarecer el carácter de la civilización angloamericana. Es el producto -y este punto de partida debemos tenerlo siempre presente- de dos elementos completamente distintos, que en otras partes se hicieron a menudo la guerra, pero que, en América, se ha logrado incorporar en cierto modo el uno al otro, y combinarse maravillosamente: el espíritu de religión y el espíritu de libertad. » (Cap. II pos 590)
Tocqueville
Alexis de Tocqueville

¿Por qué entonces adoramos a Jesucristo como Rey de Reyes?

Es una paradoja aparente. Los nefitas, así como nosotros, somos firmes defensores de la libertad y la ley. La libertad de adorar a Dios conforme a la conciencia de cada cual, sugiere otra lista de libertades sostenidas por la ley. Algunas de ellas contrarias a nuestras creencias, pero entrando en un gobierno de leyes, nos sujetamos a la dinámica democrática y al debate de las ideas, de las distintas visiones a la creación de mayorías.

Sin embargo, los santos, aspiramos a ser gobernados en la vida futura por un Rey y a vivir en su reino no en una república. Nuestra condición pasa instantáneamente de ser ciudadanos libres a ser súbditos y ciudadanos de un Rey Celestial. Nuestra relación con Él no es de consenso sino de obediencia.


La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no es democrática, cosa que al decirla escandaliza a algunos. Esta Iglesia es su reino en la tierra y su soberanía no está en sus miembros sino en su Rey que es Jesucristo. Así que tenemos dos condiciones la de ciudadanos libres y la de súbditos de un reino.
¿Por qué esta aparente contradicción?

Única solución

Veo claramente que el Universo no es una república, es un reino. Sus leyes y realidad, su funcionamiento no son opinables, no son debatibles. Las ciencias buscan la verdad, las teorías caen una tras o se contorsionan en su búsqueda asumiendo los hechos. Su realidad no es negociable ni se vota. Es como es y solo queda someterse a la verdad de los hechos.

De la misma forma, en el reino Celestial no se vota. El plan de salvación no se votó, se presentó y unos lo aceptaron y otros se rebelaron. No se vota la configuración del ácido sulfúrico, es H₂SO₄ si o si.

La redención del Salvador para vivos y muertos es la única solución para la continuación de las vidas, esto es vidas eternas. A esa solución no se llegó por consenso sino por conocimiento y con la «infinita ciencia» del Padre Himno 104. El Padre Celestial no necesita la asistencia y consejo de un parlamento porque es la luz y la verdad, asociadas a Él, la que gobierna.
Sin embargo, acordó con Abraham, accedió a la oración de Enós o permitió que se perdieran las 116 páginas ante la insistencia del profeta.

¿Qué pienso de ellos?

reflexiones sobre la decadencia nefita

No puedo leer a Mormón o a Moroni, como culminadores de una época, sin sentir gran admiración por ellos y todos aquellos que trabajaron para que tuviésemos El Libro de Mormón.
Mormón y su hijo Moroni, demuestran gran conocimiento de su época y de la nuestra. Quizás en estos dos artículos de la impresión que sus errores eran fáciles de ver y que las soluciones estaban allí. Sin embargo es fácil decir va a llover el Jueves cuando te lo preguntan el Viernes. Cada uno es hijo de su tiempo.
Qué gran valor tuvieron estas personas, cuánto hicieron por nosotros y cuán agradecidos hemos de estar por traernos su memoria y testimonio.
El mayor elogio que podemos hacer es leer y meditar en El Libro de Mormón y aplicarlo en nuestra vida.

«No me condenéis por mi imperfección, ni a mi padre por causa de su imperfección, ni a los que han escrito antes de él; más bien, dad gracias a Dios que os ha manifestado nuestras imperfecciones, para que aprendáis a ser más sabios de lo que nosotros lo hemos sido.»

Mormón 9:31

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