sábado, febrero 1, 2025
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El transito por la justicia desde la misericordia

En Lucas 6 asistimos a una escena acerca del día de reposo donde observamos el transito por la justicia desde la misericordia.
Los discípulos recogían espigas en el día de reposo y las frotaban en sus manos para limpiarlas y comerlas. Podía decirse que haciendo eso trillaban y aventaban en una escala milimétrica. Los fariseos, siempre atentos, les recriminaron por trabajar en ese día.

«¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo?»(Lucas 6:2)
por la justicia desde la misericordia
Ahimelec entrega a David la espada de Goliat

El Salvador les devuelve la pregunta recordando al Rey David. «¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y tomó los panes de la proposición, los cuales no es lícito comer, sino solo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él?» (3-4)

Ahimelec

Es importante, para entender esta escena, analizar qué ocurrió ese día en Nob.
David y sus compañeros son perseguidos por el Rey y están hambrientos. Le dice a Ahimelec, el sumo sacerdote, que está en una misión del rey y solicita cinco panes o lo que haya.
Ahimelec le responde «No tengo pan común a la mano; solamente tengo pan sagrado, pero te lo daré si al menos los criados se han abstenido de mujer.» (4)
Esos panes eran doce y se cambiaban cada Sábado por otros calientes, los salientes eran solo para los sacerdotes. David se atrevió a pedir lo que era sagrado. No había pan común porque los sacerdotes comían los panes de la proposición. David sabia que pedir «panes» está claramente en contra de la ley de Jehová, aunque lo atenúe diciendo «o lo que haya» 

  1. David lo sabía y era consciente que pedía algo fuera de la ley.
  2. Ahimelec propuso una solución imaginativa de la ley preguntando por la pureza de sus sirvientes. Pasa, por lo tanto, a David y a su conciencia la responsabilidad de la respuesta ante Jehová.
  3. Jehová lo aprobó y lo usó como ejemplo de que Él es la fuente de la ley.
por la justicia desde la misericordia
panes de la proposición

La pregunta es ¿Con qué autoridad crea Ahimelec un precedente como éste en la ley? más tarde usado por el Salvador para responder a demandas de los fariseos.
La respuesta tiene consecuencias para todos nosotros, pues estaremos en el lugar de David o de Ahimelec muchas veces en nuestra vida, hambrientos y tratados injustamente o tomando decisiones difíciles. Es de esto que vamos a tratar aquí.

La mujer adúltera

En Juan 8 leemos acerca de una mujer sorprendida en adulterio. Los escribas le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio; y en la ley, Moisés nos mandó apedrear a tales mujeres; tú, pues, ¿Qué dices?» (5)
El Salvador respondió:

«El que de entre vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.»(7)
Aceptarlos y meditar en ellos ensanchan el alma.

En ambos ejemplos Él no condena ni contradice la ley. Lo que hace es atravesarla desde un ángulo extraño. Tal como hizo Ahimelec preguntando a David por la dignidad de sus compañeros.
Los fariseos en el campo y los escribas en la ciudad tomaban la ley como un espacio unidimensional y de una sola dirección y sentido. Pero el salvador muestra más dimensiones, que permiten movimientos sorprendentes e inesperados. Aceptarlos y meditar en ellos ensanchan el alma.
Esto es perfectamente válido para los santos y nuestras leyes en el evangelio. No es una enseñanza para el pasado solamente.
¿Con qué autoridad crea Ahimelec ese precedente aprobado por el mismo que dio la ley?…
Lo crea con la compasión desde la ley, usando una imaginación formada desde el sacerdocio.

Pablo hablando a los Gálatas nos dice

«De manera que la ley fue nuestro ayo para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo» (24-25)

Pablo no dice que no tenemos leyes, si no que éstas no son la única dimensión del espacio de los santos, sino un eje más del mismo.
La cuestión es cómo conseguir esa amplitud en nuestra mente, tal como cuando Enoc «extendió sus brazos, y se ensanchó su corazón como la anchura de la eternidad; y se conmovieron sus entrañas»  (Moisés 7:41) sin perder de vista la ley del evangelio.

En el templo de Liberty

El 20 de marzo de 1839, el profeta José Smith, desde «el templo» de la cárcel de Liberty ora y recibe revelación, tan pura y cristalina que asombra leerla.

José en la cárcel de Liberty
«Deja también que tus entrañas se llenen de caridad para con todos los hombres, y para con los de la familia de la fe, y deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente; entonces tu confianza se fortalecerá en la presencia de Dios; y la doctrina del sacerdocio destilará sobre tu alma como rocío del cielo.» (DyC 121:45)

Antes de entonces

la condensación del vapor de la virtud

Este versículo no puede trocearse para su análisis. Es la articulación de un misterio de los cielos, una hermosa proteína espiritual. Nosotros vamos a observarlo no a descubrirlo totalmente ya que no tiene bordes.
Hay una palabra que proporciona movilidad al conjunto de todos los verbos en el versículo, es el adverbio de tiempo entonces. Antes de ese adverbio la acción que describen los tres verbos primeros: deja, llenen y engalane es estática, aun cuando son verbos transitivos. Da la impresión que los resultados de la acción se están acumulando arriba de nosotros. Sugiere a nuestra mente la formación de una nube, la condensación del vapor de la virtud que será el origen de las cosas que sucederán después.

Hay un versículo similar a éste en DyC 50:24

«Lo que es de Dios es luz; y el que recibe luz y persevera en Dios, recibe más luz, y esa luz se hace más y más resplandeciente hasta el día perfecto.»

La preposición hasta hace la función de nuestro entonces anterior. Señala el límite de la acción, nos muestra hasta donde se acumula la luz en una persona antes de precipitarse a un día perfecto. Tal como el Salvador llegó a convertirse en la Luz que brilla después de un proceso de acumulación en su alma de una entidad llamada Luz y la Verdad tal como leemos en DyC88:6-7
* El lenguaje usado por el Señor casi describe la ignición de una estrella.

Después de entonces

La imagen es bellísima, tal como la virtud engalana nuestro pensamiento, las nubes engalanan el cielo y bajan como rocío a la tierra.
La destilación es un movimiento sutil de la atmosfera cuando la temperatura baja a un punto donde el aire no puede contener más vapor de agua. Entonces se precipita en forma de rocío o lluvia.
De la misma manera, el conocimiento del sacerdocio, semejante a una atmosfera que lo envuelve todo, se deposita en pequeñas porciones o gotas en nuestra alma. No es lluvia es rocío un proceso lento.

Como rocío del cielo

Éste es un versículo equilibrado 33-1-22 palabras y 3-2 verbos. El movimiento es descendente y el final retroalimenta el principio, es decir se acumula la acción en nuestra mente y entrañas, provoca cambios en la atmosfera del sacerdocio y nos empapa de conocimiento y así el ciclo vuelve a empezar. De esta forma este versículo después de una exposición lineal, adquiere un volumen espacial. Me sugiere al ciclo del agua en la naturaleza.

Ahora, ¿contesta esto a la pregunta, con qué autoridad crea Ahimelec un precedente como éste en la ley al entregar los panes de la proposición a David? Sí lo hace, y lo vamos a ver a continuación.
Ahimelec representa a Cristo en su acción compasiva y David a todos nosotros en nuestras situaciones difíciles donde necesitamos algo más que la ley. David y nosotros encontramos escenarios nuevos, que la ley no contempla. ¿Cómo actuar certeramente tal como Cristo o Ahimelec lo hicieron?

El clima del evangelio

Todo el plan de salvación pivota en un entonces. Pero el ayo de la ley de Moisés o de cualquier otra ley no tiene ninguna articulación, es una guía rígida donde no cabe ninguna petición de pan que no este reglamentada. Esto da seguridad y certeza a quien lo asume, elimina dudas y proporciona un convencimiento perfecto de lo que hay que hacer o decir. No hay ocasión de escribir en tierra con el dedo o limpiar espigas con las manos o pedir pan al templo, porque la respuesta está escrita.

La luz de Cristo y su propagaciónEste es un clima seco, donde toda la humedad del sacerdocio se cristaliza en la ley y no se deja en el ambiente nada que pueda refrescar el alma herida o hambrienta. Toda la doctrina se encuentra en estado sólido, fácil de ver y transportar. Quien se adueña de ella la conserva así para no perderla, para usarla en ejercer dominio.

El movimiento atmosférico de DyC 121:45 nos propone un entorno más difuso pero ahí florece el ecosistema del alma.

«El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.» (Juan 3:8)

La complejidad de este entorno es mayor que el estado sólido de las cosas, pues hay más factores en juego. Pero sin ello no habría plan de salvación, el Salvador proporcionó la coyuntura, el entonces a las arenas de los cielos y su justicia, para que ésta admitiera una articulación de movimientos imposibles como el perdón. El perdón es una ave de sus cielos no una piedra de nuestro edificio.

El transito por la justicia desde la misericordia

«Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
Y ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.» (Juan 8:10-11)
¿Dónde están los que te acusaban?

Esta respuesta no puede hacerse solo desde un tránsito por la ley. Por eso Él era el «pan del cielo» (48) que se ofrece a todos lo que lo soliciten como hizo David.
Todo lo que hace el Salvador, se inicia en la misericordia atravesando la justicia para ser cumplida. Sin «…sus entrañas llenas de caridad para con todos los hombres, y para con los de la familia de la fe, y sin la virtud engalanando sus pensamientos…» Él no habría podido ser la luz del mundo ni el Señor de las espigas en el día de reposo y entonces «…su confianza no se hubiese fortalecido en la presencia de Dios; y la doctrina del sacerdocio no habría destilado sobre su alma como rocío del cielo.»

Él habría dejado seguir el tránsito de las piedras sólidas de la ley sobre la mujer sin poder intervenir. Pero sus entrañas de misericordia abrían nuevos espacios en el tránsito por la ley, caminos maravillosos y nuevos cuajados del rocío del cielo.

«…henchidas de misericordia sus entrañas, lleno de compasión por los hijos de los hombres; interponiéndose entre ellos y la justicia;» (Mosíah 15:9)

Jesús en Capernaúm

Cuando el techo de la casa en Capernaúm se abrió a causa de la fe de cuatro amigos sugieren unos cielos abiertos por la caridad que había en el interior de ellos hacia la familia de la fe. Y para mí ese es uno de los milagros de ese día. El salvador supo verlo, porque Él también la albergaba y conocía los ciclos del alma.
La apertura del techo o el cielo en la casa, comienza mucho antes de la escena con un quebrantamiento del corazón de esos cinco hacia el Salvador. Por eso «oyes su sonido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.»

«Y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.» (Marcos 2:5)

El Salvador sí sabia de dónde soplaba ese viento y a dónde iba.
Sin embargo aquellos aferrados solo a la ley no escucharon otro sonido que el de sus pensamientos ni otra escena que la inmediata a sus ojos.

¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? (7)

Ante ellos, los cielos se abrían por la fe y caridad de los sencillos. Ante ellos bajaba del cielo un paralítico. Y en aquella habitación, ese día la doctrina del sacerdocio destilaba como rocío del cielo. Pero el alma de los sacerdotes estaba fijada en una ley petrificada e idolatrada.
Ninguno de aquellos podía tener más confianza ante la presencia de Dios que aquel que dijo

¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, y toma tu lecho y anda?

Recibir conocimiento

Podemos estar en esa misma situación si solo nos guiamos por el ayo de la ley. Como jueces en Israel, como santos, como padres o individuos. Podemos contemplar la atmósfera completa del cielo, sus nubes engalanadas de virtud, la caridad ajena escondida en unas cuerdas que bajan. Comprender lo inabarcable del dolor humano y los extraños caminos que recorre. Intentar ver el ciclo completo de las almas que se nos presentan. Llenar nuestras entrañas de misericordia y entonces recibir conocimiento.

O podemos, atados solo por la ley, atomizar la complejidad del mundo reducirlo solo a actos independientes, sin comprender «de dónde vienen o a dónde van».
Así hicieron los escribas viendo solamente unas palabras en el aire contrarias en sus oídos en todo aquel paisaje de los cielos.

4 COMENTARIOS

  1. El antiguo testamento empieza a dar pista del ministerios del Salvador pero de forma velada. Nosotros también hemos de escudriñar cómo tratamos con los hechos de nuestra dispensación. Gracias Bartolomé por visitar teancum

  2. Hola David, me hace reflexionar la forma en que enfocas la decisión de David al «saltarse las normas» Y utilizar el sentido común, el que creo que cualquier creyente, por muy acérrimo a su religión que sea debería de practicar con más frecuencia (me incluyo yo) .
    Gracias y un abrazo.

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