El domingo 8 de noviembre del año 2020, meditaba acerca de las diferentes formas de vivir en este tiempo sobre la tierra y su relación con el evangelio y la mecánica cuántica.
La variedad en afrontar nuestra existencia es una cualidad de la humanidad y no un accidente. Sin embargo los santos de los últimos días, creemos en una senda estrecha que lleva a la vida eterna.
Conciliar estos dos hechos requiere una forma de pensar distinta a la usual, esto es, caminar por el sendero estrecho con amplitud de visión. Esa actitud es la que permitió caminar por el sendero de la física clásica hasta descubrir la profunda naturaleza del Universo.
Los santos de los últimos días, estamos educados en una visión continuista de la vida. Esta tradición, pronostica un tránsito sin grandes sobresaltos, desde la infancia hasta una familia exitosa. Si los hubiera no son por causa nuestra. Tenemos una «física» propia, que predice ese futuro perfecto si todas las variables que necesitamos están en su lugar, noches de hogar, oración, actividad en la iglesia etc.
Ciertamente y de forma general, eso es cierto. No obstante cuando bajamos de lo general a lo particular la teoría falla y no predice las múltiples situaciones y rugosidades que hemos de atravesar, a veces con grandes pesares. El único soporte ante la inexactitud de esa tradición y la frustración que la sigue es el amor de nuestro Salvador.
Note el lector que trataré la cultura Sud (física SUD) y no la doctrina de la restauración.
Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar.
Esta frase del Pte. David O. McKay, es inspiradora para la iglesia, en mi caso lo ha sido siempre. Pero cuando bajamos de lo general a lo esencial, que son las personas, esas palabras pueden ser perturbadoras, ya que se necesita definir éxito y fracaso. ¿Qué es cada cosa? Sin irnos a los casos extremos me pregunto
¿Cuándo se fracasa en el hogar de forma moderada?
Cualquiera que pretenda discernir un fracaso moderado fallará, porque el sistema (persona) que pretende medir es único y sus variables tan innumerables como las del clima.
Esta frase de David O. Mckay no pretende establecer una regla sino una norma general. Una tendencia, pero no nos permite discriminar los casos particulares.
He visto familias y personas, calificables de fracasadas, aplicando la tradición «mormona», que tras una conversación sosegada y sin prejuicios se me han mostrado heroicas y ejemplares. Ocasionalmente encontramos personas y familias que encajan en el arquetipo sud y nos preguntamos por qué nosotros no, qué fallo…las noches de hogar, oraciones más intensas, mejor ejemplo en casa. Es evidente que no hay un regla válida para explicar todas las situaciones.
Las variables ocultas
Siempre habrá un diagnóstico exacto, generado por la tradición, siempre habrá algo que falló en nuestro proceder. Y si no lo encontramos, faltó intensidad en el esfuerzo. No hay mejor ejemplo que Job y el diagnóstico de sus amigos.
Elifaz, Bildad y Zofar eran jugadores de élite en el judaísmo, decían a Job que su desgracia estaba en su mal juego (si se tratara del tenis …estaría con ellos). Pero esos amigos añadían variables ocultas a fin de que las desgracias de Job, coincidieran con sus predicciones.
Einstein hizo lo mismo, no aceptaba el Universo en expansión de Hubble y añadió una variable oculta a su teoría para que fuera estático, luego rectificó.
En nuestra tradición, cuando nuestra vida o la de otros no encaja en el modelo SUD previsto, buscamos qué variables han fallado. Tenemos una fe ciega en la física clásica SUD, que predice la posición y velocidad de cualquier familia o persona en el tiempo y el espacio. La angustia generada, por esta tradición, en algunas personas fuera de carrera, es intensa.
Esta mentalidad, nos hace muy responsables, pero poco sabios.
Muchos igualamos a los santos de los últimos días con la Iglesia de Jesucristo. Pero hay dos preposiciones «de» en el nombre de la iglesia y la segunda, «de» es una preposición de pertenencia, tiene como función hacernos dependientes de Jesucristo. De lo contrario seria La Iglesia de Jesucristo y… una conjunción que nos suma o en su lugar la conjunción o, que podría igualarnos o plantearnos una alternativa.
Las tradiciones o la física clásica
En el siglo IXX el ilustre físico William Thompson, llegó a afirmar:
Hoy día la Física forma, esencialmente, un conjunto perfectamente armonioso, ¡un conjunto prácticamente acabado! … Aun quedan “dos nubecillas” que oscurecen el esplendor de este conjunto. La primera es el resultado negativo del experimento de Michelson-Morley. La segunda, las profundas discrepancias entre la experiencia y la Ley de Rayleigh-Jeans.
Esas dos nubecillas descargaron los inicios de la teoría de la relatividad de Einstein en 1905 y el inicio de la mecánica cuántica de Max Planck en 1900. La ciencia comenzaba a observar los componentes esenciales en lo general.
La física clásica del siglo IXX describía el mundo de la modernidad pesada, lleno de certezas. Los ferrocarriles, barcos, la mecanización creciente, lo gigantesco asombraba a todos. Todo se correspondía con la ciencia que explicaba lo que nuestros sentidos percibían.
Los santos en ese tiempo, engranaban perfectamente con una sociedad liderada por la razón. De hecho nuestro lenguaje se asemeja mucho a una empresa: comité ejecutivo, consejo, secretarios, objetivos, metas, informes. Incluso nuestro profeta también es presidente de la Iglesia.
Los miembros, que venían del mundo de los negocios o la docencia y eran llamados como líderes en la iglesia, encajaban a la perfección, su experiencia era valiosa. El aura de éxito se sumaba al apoyo recibido de los santos.
La sintonía quebrada
Esa sintonía con el siglo XX, tanto en organización como en valores, propició un gran crecimiento. Y es más, a considerarlo como progresivo y natural en la restauración.
Entre otras cosas, propició el arraigo entre nosotros de lo que yo llamo la física SUD. La tendencia a predecir resultados ciertos en nuestra vida, cuando se cumplen ciertos requisitos.
Esa cultura nuestra, aseguraba a la familia, su prosperidad y éxito con el trabajo duro, y encontrar siempre solución a sus problemas. Predecía para una persona a partir de los 20 años un modelo familiar estable, pero no mencionaba a personas solas, éstas no estaban en el relato, solo en las acciones particulares de cada cual. Ese conjunto acabado de predicciones es demasiado bonito para oscurecerlo con nubecillas como esa, tal como le ocurrió a William Thompson.
El impacto de la nueva física.
La relatividad vino a contradecir la idea que tenemos del espacio y el tiempo. La mecánica cuántica altera nuestro sentido común, el tacto de la realidad. Veo dos consecuencias directas de estas teorías.
- La relatividad propició la exactitud en el posicionamiento GPS, comunicaciones, la energía nuclear, todo lo relacionado con campos magnéticos. Influyó en el posmodernismo y el relativismo como corrientes filosóficas.
- La mecánica cuántica se relaciona con el laser, microscopios, electrónica. La importancia de la probabilidad en la teoría es un fractura en el sentido común. Los hechos en nuestro sentido común son estables y ciertos no probables. Poner eso en cuestión supone un conflicto, el más famoso de ellos el sostenido entre Einstein y Bohr en el V Congreso Solvay de Física de 1927.
Nuestro entorno
En la antigüedad, la orografía y los climas delimitaban las naciones. Estas, su historia y costumbres a sus habitantes. En nuestro tiempo el conocimiento y la información nos afectan más que los ríos y montañas. Las montañas y los ríos han perdido su papel de fronteras.
La relatividad y la mecánica cuántica, son visiones revolucionarias de la naturaleza. Creer que están desconectadas de nuestra vida es suponer que una sequia o una inundación, no afectan a las cosechas. Es la nueva atmósfera de nuestra mente y si bien su efecto no es inmediato o directo, no les quepa duda que influyen en nuestro pensamiento.
Sin estas dos teorías, no sería posible la nueva sociedad de la información en la que vivimos. No existiría familysearch. El alcance de sus ecuaciones se ramifican por nuestra vida de forma casi invisible. La genealogía de este ordenador donde escribo, se remonta a Max Planck y su teoría en 1900. Y las comunicaciones que usted recibe cada día en su móvil o televisión, no serian posible sin su parentela con los cálculos de la relatividad.
Cuando percibimos los cambios en nuestro entorno cercano, tal como nos paso en 2019, la respuesta ha de ser urgente. Hay poco tiempo.
En mi opinión, los efectos en los santos, han sido claros desde principio del 2000 pero es ahora cuando recibimos el impacto de una ola que se generó a principios del siglo XX.
Nuestra realidad
A veces los impuestos del Cesar no se pagan con estateros, sino cediendo espacio en nuestra mente. La tierra ya no es la fuente de riqueza por excelencia, ahora es la voluntad y albedrío de las personas. Es la batalla de los cielos 2.0
Nuestra atención a la familia, nuestra confianza total en las predicciones que aseguraban un tránsito continuo hacia ella de las generaciones futuras, se ve mermada.
Todo nuestro esfuerzo y tratamiento de la doctrina y la imagen se ha enfocado en la familia durante décadas. ¿Nos hemos equivocado? No, lo realizado es correcto. ¿Qué ocurre?
Quizás hemos supuesto que el mundo es continuo si tan solo lo deseamos con fervor.
Es nuestra cultura SUD, todo depende de nosotros, porque las variables son conocidas. Hemos seguido la misma física del IXX, no hemos visto el cambio en el tejido del mundo hasta hace poco con el Pte. Nelson.
Hemos encontrado una membresía invisible, como la materia oscura de los santos. Los hemos encontrado en las pantallas de nuestros ordenadores. Descubierta recientemente, se compone de jóvenes solteros, individuos casados pero sin un enfoque familiar claro y nuestros hermanos LGTB. No es que no supiéramos de su presencia, siempre han estado con nosotros. Sino que teníamos un error de cálculo en su trayectoria. Aplicábamos la física SUD que tan bien nos fue con la familia en el pasado. Cuando ahora el espacio y el tiempo son diferentes a entonces.
La física SUD
Imbuidos de nuestra física SUD, pensábamos que una persona en movimiento, no varía su curso si evita fuerzas que lo alteren. Es cierto en lo general como la física de Newton, dominante hasta el XX, pero no en lo particular.
El espacio plano de esa mentalidad, sitúa todas las variables bajo nuestro dominio. Creemos ciegamente en eso porque es la física y la economía clásica del XX, es la que ha acompañado a la restauración hasta el presente.
Recuerdo perfectamente a los líderes del 2000, preguntarse con perplejidad
¿por qué no se casan? ¿por qué posponen los niños?
Esta perplejidad la he visto directamente y me ha llegado desde el otro lado del océano. Aun viendo esas nubecillas, hemos tardado en comprender. Las tradiciones en ciencia o en religión dan seguridad, pero ralentizan movimientos.
Hemos visto la diferencia entre una época digital y una industrial. La modernidad líquida del siglo XXI, no es la pesada del XX. Ahora la familia no tiene un engarce tan fuerte en la actividad económica como en los tiempos pesados.
La diferencia no es su capacidad de consumo sino a la conjunción de sus intereses.
Porque ahora, cuando ves la tierra y sus moradores, desarraigados de los fines de esa economía volátil, compruebas que no inspira la creación de familias sino de individuos solitarios. Solo hemos de ver nuestra la lenta deriva de las naciones hacia la sociedad nórdica. Para los santos, ese descubrimiento repentino, ha venido de la mano del mundo, nuestro maestro oscuro.
Nuestros hermanos de Onida
Este largo preludio, es necesario a fin de comprender el beneficio de la sinergia entre las visiones de la ciencia y la restauración.
Hay una escena muy especial en el libro de Alma. En la tierra de Antiónum, Alma encuentra un grupo de zoramitas en el cerro de Onida. que se dirige a él diciendo:
«He aquí, ¿Qué harán estos, mis hermanos? Pues son despreciados por todos los hombres a causa de su pobreza; sí, y más particularmente por nuestros sacerdotes, porque nos han echado de nuestras sinagogas, que con tanto trabajo hemos edificado con nuestras propias manos; y nos han echado a causa de nuestra suma pobreza; y no tenemos un lugar para adorar a nuestro Dios. He aquí, ¿Qué haremos?» (Alma 32:5)
Se encontraron de forma repentina fuera de ese mundo zoramita, construido por ellos mismos. El dios en el que ellos creían estaba apegado al espacio y tiempo clásico de los zoramitas, el rameúmptom. Desde ese lugar se dedicaban a confirmar y regodearse en su teoría, bastante simple:
«…nos has elegido para que seamos salvos, mientras que todos los que nos rodean son elegidos para ser arrojados por tu ira al infierno…» (Alma 31:17)
Aquellos humildes zoramitas no podían entender cómo perdieron su estatus de constructores para adquirir el de hez y escoria. Pero Alma les mostró una cosmología mayor, la fe. Un relato muy superior al zoramita.
Tuvieron que abandonar sus sinagogas, sus esquemas mentales, para comprender una nueva realidad superior a la del pasado.
Nuestro rameúmptom
En un momento dado, para tratar con nuevas realidades, hemos de admitir nuestra pobreza de ropas y de soluciones, incluso ser echados de nuestras sinagogas. Dar paso a nuevas requiere un sacrificio de antiguas ideas y costumbres
Al llegar a una realidad demasiado esencial como es un hermano o hermana adulta soltera de 35 años, o una hermana LGTB o en cualquier situación fuera de la física SUD, hace falta desechar el juicio cotidiano de nuestro rameúmptom.
El Salvador así lo enseño cuando se le preguntó por un ciego
Rabí, ¿Quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? (Juan 9:2)
Esta pregunta denota una total seguridad en la forma de ver el mundo. Sustituyan «ciego» por cualquier situación personal o ajena. Nos pasa igual a muchos de nosotros. Nuestra cultura o creencias aseguran las respuestas, nos protegen del vacío, pero a veces nos vuelven ignorantes al no permitirnos preguntas abiertas. Del tipo Rabí ¿por qué es ciego? pregunta abierta, humilde y preciosa.
El Salvador rompe la predicción de la «física» judía al decir
«Ni este pecó ni sus padres, sino que fue para que las obras de Dios se manifestasen en él.» (3)
¿Qué obras de Dios se manifestarán en nosotros cuando dejemos de hacer preguntas cerradas y tengamos la valentía de hacerlas abiertas? Admitiendo así que no sabemos, que nuestra tradición (no la doctrina) es una cascara vacía que ha de cambiar para ver el mundo y sus habitantes tal como son.
El evangelio y la mecánica cuántica
Considero a la teoría de la relatividad y a la mecánica cuántica (junto al LHC), como los mayores acercamientos al entorno de la divinidad que podemos encontrar por caminos diferentes a la fe.
Cuando intentamos explicar el átomo con la física de Newton, nos resulta una tarea imposible. Es como si queremos explicar la molécula de H2O con la hidrodinámica. Nos encontramos igual que los zoramitas, pobres de ropa y excluidos de la sinagoga.
Igual ocurre con el alma, esa urna sagrada.
Al final de éste artículo, previo al siguiente, comienzo a comentar algunos aspectos cuánticos emparentados con nuestra realidad como santos de los últimos días.
El concepto acción.
En mecánica cuántica, la acción es una magnitud física. Indica la cualidad de pequeño o grande del sistema. Si es grande está bajo las leyes de la relatividad y si es pequeña en el dominio de lo cuántico. Es igual con nosotros, no podemos entender a una persona aplicando ideas generales, porque una persona es pequeña.
La acción A (cualidad de pequeño o grande) se calcula de esta forma
A = P x L
P es la cantidad de movimiento (Masa x Velocidad) y L es la longitud, en estos dos ejemplos L es la distancia orbital media.
Primer ejemplo Júpiter ¿es grande o pequeño?
- Júpiter P (masa 1026 x velocidad 104) x L (1011) esto da una acción de A = 1041 es un sistema grande
Segundo ejemplo un electrón ¿es grande o pequeño?
- El electrón P (masa 10-31 x velocidad 106 ) x L (10-10) esto da una acción de A= 10-35 es un sistema pequeño.
- Por qué decimos que Júpiter tiene una acción grande y el electrón pequeña? porque la constante de Planck es 10-34 Explicar el electrón A= 10-35 está en el ámbito cuántico y Júpiter A = 1041 bajo el relativista.
* La Teoría Cuántica, una aproximación al universo probable (Mario Toboso Doctor en Ciencias Físicas)
Aunque Júpiter y el electrón están en el mismo Universo, administrados por un mismo Dios, no se entienden de la misma forma.
- El comportamiento de Júpiter es predecible, su posición y velocidad son exactas. Sin embargo para entender el electrón tratamos con la probabilidad y la incertidumbre no a consecuencia de falta de datos sino porque su realidad es así. Aprendemos de este ejemplo que no hay continuidad en el conocimiento, la naturaleza es discontinua. Un hecho que puso patas arriba el sentido común el el siglo XX y lo sigue haciendo ahora.
El alma de los hijos de Dios
Y a cada reino se le ha dado una ley; y para cada ley también hay ciertos límites y condiciones. (DyC 88:38)
Con Júpiter y el electrón, hemos visto dos ejemplos de leyes, sus límites y condiciones en la naturaleza. El sentido común o la tradición clásica no sirven para relacionarse con ambos entornos. Nuestro mundo es mucho más extraño de lo que podemos entender.
William Thompson, era un brillante físico que creía tener la explicación a todo, excepto aquellas dos nubecillas. La realidad le deparó grandes sorpresas.
Como santos de los últimos días, aunque vivimos el evangelio nuestra mente opera en nuestro siglo. Admitir que no sabemos todas las cosas, es difícil tanto para nosotros como para Thompson, o para Einstein.
El plan de salvación es una maravilla, revelada por José Smith, pero no se describe la totalidad del plan. No hay una continuidad completa, por lo que calcular la posición y destino del alma en la salvación no esta determinado, hay una nube de probabilidades. Hay una física no manifestada para lo pequeño y lo grande.
«una ocasión futura en la que nada se retendrá, sea que haya un Dios o muchos dioses, serán manifestados.» (DyC 121:28)
Como santos, aun con la restauración, no podemos comprender ni juzgar el alma de los hombres ni su destino exacto. No tenemos una teoría que lo explique todo. Lo intentamos pero no podemos entender la rugosidad del alma y del mundo. Aquellos, nuestros hermanos, los diferentes, los inexplicables, lo oscuro, lo repelente, lo maravilloso lo heroico y lo cobarde. Todos esos aspectos están en el mismo Universo, sin embargo juzgar a las personas es complejo.
Pero, como veremos, a diferencia, la fe, el perdón y el amor, nacen en el alma así como la materia y antimateria en el vacío.