jueves, febrero 6, 2025
InicioActualidadEl capital intangible de la restauración

El capital intangible de la restauración

Por cada línea, por cada precepto, por cada revelación, ordenanza o bendición...ellos pagaron

He meditado muchas veces en la herencia o legado de aquellos que nos han precedido desde que se inició la restauración. Decidí titular este artículo como El capital intangible de la restauración porque la palabra capital, se aplica a muchos entornos y refleja mejor la idea que intentaré transmitir.
Se conoce como capital al conjunto de recursos disponibles para generar valor económico, social o cultural. Esos recursos pueden ser financieros, maquinarias, tierras o conocimiento.
Nuestro primer capital son las potencias del alma y del intelecto, nuestro cuerpo como expresión de éste. El segundo recurso es la tierra misma.

Estos recursos deben «usarse con juicio, no en exceso, ni por extorsión.» DyC 59:20

La ley de consagración solicitó a los primeros santos, disponer su voluntad a emplear su capital personal en la edificación de Sion, misión encomendada a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
La mayoría de los santos venían del modelo protestante. Esto es, independencia económica, administración personal de sus bienes y asistencia dominical a una iglesia donde aprendían doctrina y daban voluntariamente para los necesitados. Eso dio como resultado Estados Unidos, tal como decía Tocqueville

...se ha logrado incorporar en cierto modo el uno al otro, y combinarse maravillosamente: el espíritu de religión y el espíritu de libertad. » (Cap. II pos 590)

Kirtland 1836

Abandonar esta mentalidad de religión americana, si eres pobre como muchos santos lo eran entonces, no es un gran problema porque no tienes nada. Pero si empiezas a prosperar, es complicado entregar tu capital en el bienestar de una comunidad, recibiendo lo pactado para tus necesidades. Compartir tu independencia y administrarla junto al Obispo Edward Partridge, por muy bien que éste lo haga, requiere una fe a prueba de fuego.

capital intangible de la restauración
Edward Partridge

El sentido de la propiedad es algo divino, Dios mismo tiene una familia, un reino y una honra. Pero en la tierra no disponemos de una eternidad. La ley de consagración en Kirtland, representó el altar en Moriáh y nuestro hombre natural a Isaac.
Es necesario mencionar este aspecto de la ley de consagración porque fue gracias a ella que se adquirió el capital intangible de la restauración.

Estableced una Casa.

Cuando los primeros santos llegaron a Kirtland en 1831, su economía era modesta y muchos vivían de forma precaria. El mandamiento de edificar un templo, en esa situación, parecía imposible de llevar a cabo.

Tras seis meses, desde el mandato, no se había hecho nada. El Señor reprende al profeta José por la tardanza en la construcción del templo.

capital intangible de la restauración

La primera palada tuvo lugar el 5 de mayo de 1833, la piedra angular fue colocada el 23 de junio. La oración dedicatoria, que se ofreció el 27 de Marzo de 1836, reconoce las dificultades y sacrificios hechos por los santos.

Construyeron el templo porque, afortunadamente, eran pobres. Si el Señor hubiese esperado a la prosperidad creciente que tuvieron en 1836, cuando se dedicó el templo, no habrían podido construirlo, el Señor lo sabía de ahí su urgencia en Diciembre de 1832

Heber C. Kimball

Heber C Kimball a a su regreso a Kirtland de una misión en otoño de 1836, manifiesta su preocupación.

capital intangible de la restauración
Heber C Kimball
“Estuvimos muy tristes . . . cuando llegamos a Kirtland, y vimos el espíritu de especulación que prevalecía en la Iglesia. Parecía que el comercio y el intercambio ocupaban el tiempo y la mente de los Santos . . . Cuando salí, algunos hombres que con dificultades podían conseguir algo para comer, a mi regreso me encontré con que supuestamente, eran hombres de gran riqueza; de hecho, todo en el lugar parecía moverse en una gran prosperidad, y parecía que todos estaban dedicados a hacerse ricos.”
Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball (Salt Lake City: Kimball Family, 1888), página 111.

En la pobreza todos seguían al profeta José Smith, en la prosperidad que se desarrollaba en 1836, comenzó una guerra cultural con dos modelos. El que el Señor eligió en la persona de José Smith como profeta o el modelo protestante-americano que se quiso imponer al proponer a David Whitmer como presidente.
Se perdió 1/3 del liderismo en esta batalla. Sirva como ejemplo las palabras de Oliver Cowdery, yerno de David Whitmer.

“No me dejaré influenciar, gobernar o controlar, en mis intereses temporales por ninguna autoridad eclesiástica o cualquier pretendida revelación, que sea contraria a mi propio juicio.” Entonces dijo: “Siendo que ésta todavía es mi opinión solamente diré que los tres grandes principios de la libertad inglesa, como se encuentran en los libros , son ‘el derecho a la seguridad personal, el derecho de la libertad personal y el derecho a la propiedad privada,’”  
[Warren A. Cowdery, Messenger and Advocate, julio de 1837, página 538.]

Palabras que están en contradicción con la sección 42 de DyC.

lo intangible de la restauración
Oliver Cawdery

Cierto que yo podría suscribir las palabras de Oliver, porque forman parte de mi acerbo cultural. Yo o usted, estimado lector, podríamos estar en la disyuntiva que se planteó en Kirtland. Seguir al profeta, consagrando nuestra voluntad al Señor o usar nuestros derechos civiles, inspirados también por el Señor, en la constitución americana y a los que apeló Oliver nuevamente cuando dijo

“Mi ancestro venerable estuvo entre el pequeño grupo que tocaron tierra en las rocas de Plymouth en 1620. . . . No estoy dispuesto a cambiar [sus principios americanos] por algo menos liberal, menos benevolente o menos libre.”
[B. H. Roberts, 2ª edición revisada (Salt Lake City: Deseret Book, 1957), 3: 18.]

Ambos credos son inspirados, pero llegado el momento, solo a uno podemos ofrecer lealtad.

La ley de consagración

Cuando los santos abandonaron el este de los Estados Unidos, sacrificaron sus pertenencias y bienes para radicarse en Sión, Misuri. Ante de llegar, Kirtland era una parada donde tomar fuerzas y medios.
Pero Kirtland en 1836 y 1837 fue convirtiéndose al sueño americano más bien que al de Sión. Extractos de la sección 42 fueron publicados en periódicos opositores como muestra de la manipulación de los líderes de la iglesia sobre la propiedad de los santos.

capital intangible de la restauración
Billete de 5 $ de Kirtland Safety Society Bank

La fundación del banco de Kirtland (Sociedad de Seguridad de Kirtland) a iniciativa de José Smith intentó dotar a la comunidad de los medios para activar la economía que experimentaba obstáculos. Al no tener liquidez, la circulación del valor de bienes y servicios se dificultaba en gran manera. Las sociedades financieras eran una solución muy común en las economías de frontera, donde la banca no llegaba a implantarse con la celeridad que demandaba la actividad económica lastrada por el trueque.
Cuando el banco quebró en Septiembre de 1837, debido a varios factores, muchos testimonios también lo hicieron.

Del menor hasta el mayor

Aquellos santos que siguieron al profeta el 12 de enero de 1838, abandonaron Kirtland hacia Far West y después Misuri.

Es un ejercicio muy saludable, situarnos en aquel momento y estudiar en nuestra alma qué habríamos sentido en tales avatares.
Estudiando la historia de la iglesia y viviendo sus escenas, notamos que el desafío fue formidable. La decisión de entregar sus almas, voluntades y bienes en una causa que solo despuntaba, requirió lo mejor del alma del siglo XIX.

Hombres, mujeres, ancianos, niños, animales de carga. Toda vida que se empleó, toda propiedad, esfuerzo, toda vida arrebatada, toda lágrima vertida. No había más por entregar en la causa de Sión. El Señor exigió en este nuevo pacto, la vida del primogénito. No solo la de José y Hyrum Smith sino la consagración de la voluntad de un pueblo, del menor hasta el mayor.

El capital intangible de la restauración

¿De qué sirvió? pregunta que hago a modo de introducción.
Después de tanto sacrificio, el templo de Kirtland estuvo bajo la dirección del profeta dos años. En un sentido económico, esto sería un desastre, una mala inversión.

Pero allí la Iglesia obtuvo las llaves del sacerdocio. Las llaves del recogimiento de Israel, la dispensación del evangelio de Abraham, y el poder de sellar y recoger a Israel detrás del velo. Este era el objetivo «me propongo investir con poder de lo alto a los que he escogido»
Y bajo mi punto de vista, recibieron la aprobación del Señor (110:1-10) al ser considerados su pueblo y en permitir a esta dispensación obtener cosas mayores, las que recibieron en el templo de Nauvoo.

Ellos hicieron el pago

He escogido el periodo de 1836 a 1837 para ilustrar un principio que vemos repetirse en la restauración.

Esta dispensación, que es la del cumplimiento, necesita para su tarea todo el capital necesario que demandan sus objetivos. Esto es, las llaves de conocimiento y las llaves de poder.
Las de conocimiento fueron dos, una las recibimos a la orilla del río Susquehanna y las segundas en algún lugar en el condado de Harmony, Pensilvania «la llave de los misterios del reino, sí, la llave del conocimiento de Dios» (DyC 84:19)
Las llaves de poder las recibimos en Kirtland (DyC 110), después de cumplir las leyes de sacrificio en el viaje desde el Este y las de consagración, de Kirtland en adelante. Todo esto que se realiza a nivel de la iglesia ocurre también a nivel personal.

capital intangible de la restauración

El pago por el conocimiento y el poder que obtuvimos entonces, se realizó con la misma moneda que Cristo pagó por nosotros. El sacrificio, la consagración y el dolor nos dotaron con el capital intangible de la restauración. En un mundo de pensamiento infantilizado, esto quizás parezca extremo, pero es una ley que rige en todo ámbito. El lector solo tiene que reflexionar en su propia vida.

El patrimonio que disfrutamos ahora, es la suma de ese capital y los bienes acumulados desde entonces. No solo me refiero a la organización, templos, capillas y medios económicos para seguir la labor.
Cada principio de inteligencia, de poder, de conocimiento acumulado en la restauración es el fruto del esfuerzo y sacrificio de generaciones.

En medio de tribulaciones

Por ejemplo, el esfuerzo en la traducción de la Biblia, en medio de tribulaciones y sacrificios personales, no solo de José Smith sino de su esposa Emma, dio como fruto la sección 76. Esta sección es la visión de los reinos de gloria.
La profundidad y conocimiento, la majestuosidad que proporciona esta revelación a los santos y a cualquiera que la estudie con fe, supone un tesoro de riqueza sin igual. No solo por su contenido explícito, sino porque los santos pagaron en el siglo XIX un alto precio por el conocimiento que brota sin pausa para quien lo busca.

Esta promesa fue hecha por el Señor mientras el profeta estaba en la cárcel de Liberty y los santos eran perseguidos y acosados por defender la verdad. Si leemos la sección 121, vemos a un Dios consolador, de nuestra parte, que esta en nuestro lado alentando y socorriendo.

El capital intangible de la restauración, un ejemplo, es la sección 76 de DyC. No solo es lo evidente en su lectura, sino todo lo que el espíritu revela al leer con fe y con deseos de adquirir conocimiento, es decir al que llama.
Cuando usted, estimado lector, recibe inspiración al leer o al orar, debemos gran parte de eso a que el Señor aceptó fundar su Iglesia gracias al sacrificio de esos santos que lo dieron todo en el siglo XIX.
En una carta a William Phelps el profeta advierte a los santos de Misuri.

"Escuchen la voz de advertencia de Dios, no sea que Sión caiga. Los hermanos de Kirtland oran en beneficio de ustedes incesantemente porque, conociendo los terrores del Señor. temen grandemente por ustedes"
11 de Enero de 1833 en JSP tomo D2 pág 367

Él no corre tras nosotros ofreciendo su iglesia, mientras montados en nuestro carrito de golf, vamos al siguiente hoyo en el green.

Cada línea

Por cada línea, por cada precepto, por cada revelación, ordenanza o bendición…ellos pagaron y nosotros disfrutamos de una herencia de luz e inteligencia. Tenemos, por nacimiento de las aguas, un derecho de membresía con grandes privilegios.
Asistir a la restauración como si fuese un museo, es desconectar de su crecimiento en luz y conocimiento constante.
Por eso el Señor la define como

 la restauración

Es viviente porque crece, los brotes que vieron en el siglo IXI, dan ramas fuertes, frutos, sombra, protección en nuestro siglo. Y seguimos teniendo un profeta, tal como José Smith, vidente y revelador.

Cosechamos donde otros plantaron, recogemos frutos que otros cultivaron.

El capital intangible herencia de los santos

Muchos piensan que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es rica. Pero no se dan cuenta que su mayor capital es lo intangible, son sus llaves de conocimiento y poder. La facultad de proporcionar las ordenanzas de salvación para vivos y muertos. El Espíritu Santo testificando del Padre y del Hijo, de todo detalle de la arquitectura de esta obra. Tener a un profeta viviente.

capital de la restauración

El campo blanco para la siega, no está solo en la predicación del evangelio o la obra vicaria. En el estudio personal disfrutamos de una herencia donde fluye leche y miel.
Aquello que no es doctrinal, es decir el campo personal de estudio y descubrimiento, que no se puede ni se debe entender como doctrina central o nuclear de la Iglesia, posee unas posibilidades inmensas.
Este campo de descubrimiento no se condensa en doctrina porque su naturaleza pertenece a la atmósfera del sacerdocio. Solo destila como rocío sobre el que lo busca.

Pista asignada

Elder Dale G. Renlund en su discurso «El marco de la revelación personal» nos habla de una pista asignada a cada uno dentro del orden del sacerdocio.
He experimentado que, dentro del marco de revelación de cada uno, hay extensos campos de conocimiento por descubrir.

El paso del tiempo para el alma, no puede ser monetizado, aunque se intente en este siglo hacerlo con todo. El tiempo es el único truque que no podemos evitar, lo cambiamos por algo de valor o lo perdemos por nada.
Aquel que busque hallará, al que llame Él le abrirá. Al que lea con fe, dispuesto a ser leal a lo que reciba, cambiará su tiempo por tesoros, más allá de las riquezas de este mundo.

Cuando esta iglesia cumpla su cometido y desaparezca, quedarán al descubierto los engranajes de poder y conocimiento que siempre han girado bajo ella, si ese rumor constante en nuestro interior.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Ultimas publicaciones