El domingo 24 de Noviembre de 2024 regresamos Nati y yo del templo de Madrid. Estuvimos tres días realizando la obra por nuestros familiares fallecidos. Me propongo compartir algunas impresiones de la asistencia al templo en esos días.
Llevé mi cuaderno y en el recibidor de entrada apunte de forma escueta las impresiones recibidas. No voy a comentar las ordenanzas ni su simbolismo, eso es del terreno personal, pero sí me siento libre de compartir los pensamientos que en mi caso y en el de muchos, rezuman al entrar en la casa del Señor.
El lienzo de la creación
La materia sin organizar es como la arcilla sin forma y el Universo las estanterías de sus obras. Ya sabemos que Dios no creó los elementos de la arcilla de los ríos pero sí hace que serpenteen a los pies de los artesanos para que estos la recojan en sus manos. De igual forma los elementos no creados serpentean a los pies de Dios esperando sus manos creadoras.
Nuestro Padre aumenta su gloria al crear obras sumamente bellas, la mayor de todas, sus hijos. A estos los revistió con la arcilla de la tierra a su imagen y semejanza. Sopló en ellos el aliento de vida y al hacerlo aumentó su gloria como el más alto Dios.
Cada ser vivo es una pincelada de su arte. Muchos en este mundo no aprecian su talento y lo atribuyen al azar. No creen posible que alguien haga tales maravillas por eso dicen que al universo lo hizo algo. Si Dios hubiese confundido la órbita de los cometas, todos creerían que lo hizo alguien.
El ascenso de la vida desde los mares es como el ascenso de la inteligencia en la materia. Era necesario dotar de vida y belleza a la materia sin organizar, así como la tierra fue embellecida por las miríadas de inteligencias de todo tipo, algunas hasta con plumas.
No es de extrañar la hermosa forma de decirlo que Él emplea.
No me canso de decirlo ¡Que maravilla!
Polvo de estrellas
Tuve la impresión de que Dios va a su viña con la emoción de un creador. Por una parte no puede evitar dotarla de belleza y por otra llevarla a su familia…es su naturaleza.
Antes de traer a casa a nuestra primera hija, Alma, hicimos arreglos en casa. La limpiamos a conciencia y decoramos su habitación. Fue algo semejante a lo que hizo el Padre Celestial antes de traer sus hijos a la Tierra.
No podemos separar lo funcional que hay en la creación y en el plan de salvación de la belleza que lo acompaña. La estética de su obra no solo está en las flores o los colores del cielo y el mar. En cada ordenanza del templo, en cada movimiento en ellas, hay una danza oculta que revela cómo sopla el viento en los parajes celestes y cómo se mueven sus habitantes.
Por eso el templo no solo es funcional sino hermoso, porque su orden pertenece a las criaturas del mundo celestial.
Benjamín dijo, con verdad, que no somos ni como el polvo de la tierra. Pero el Padre necesita que nuestro polvo brille para alumbrar la inmensidad del espacio.
Necesita fundirnos desde Shelem para dejar de ser opacos, hacernos como cristal transparente. Sí, para que otros no viajen en la oscuridad. Somos como las piedras de Moriancumer.
Es lo que hace con las estrellas; con el polvo opaco que vaga en la oscuridad, consigue que alumbren en las tinieblas.
Nuestro Padre al mirar nuestra alma nos pregunta como a las estrellas.
¿Tengo espacio ahí?
si respondemos Sí, entonces dice
«Hágase la luz»
Si dudamos o decimos no, también nos salva pero con la gloria de los cometas, orbitando alrededor de algo de mayor peso de gloria.
El albedrío
El albedrío de una persona no tiene una geometría fina, es rugoso e impredecible y bulle como la lava de un volcán. Las partículas elementales son igual, siempre está la incertidumbre de dónde están y a qué velocidad.
Por eso los tiranos necesitan cantidades ingentes de mentiras, del uso de ejércitos y marinas para poder dominar el albedrío. Bien lo sabe Lucifer que en Edén encontró a un indomable Adán y a una sutil e inteligente Eva.
Sí, el poder de escoger es un problema para los tiranos.
Cuando Dios nos concedió el albedrío, nos entregó la fuerza más poderosa del universo y Lucifer lo sabía. Lo saben muchas naciones que tratan de controlarlo. El albedrío es una rara especia que engendra crecimiento desde el polvo de estrellas hasta lo divino. El plan de Dios no incluía el control y la manipulación, por eso el adversario lucha por destruir nuestro albedrío. Lo hace encaminando nuestras decisiones hacia una senda prefijada e intenta que no se salga ni uno. A los suyos los sella en la frente y los lleva con ronzal Apoc. 13:16-17.
El crea en este mundo múltiples interruptores para guiar nuestra conducta, guía a los que engaña como ganado por los corrales de arreo mientras ellos piensan como Caín «soy libre» Moisés 5:33 Cuidado de considerarnos ajenos a esto.
Movernos con libertad
El Padre Celestial decretó que tener un cuerpo exaltado en el tercer estado, requiere el albedrío en uno caído del segundo estado. El deseo de Lucifer era que tuviésemos un cuerpo con una versión limitada de albedrío. La caída en Edén no se hubiera producido. Esto hubiera dado pie a una rebelión postrera, no de espíritus sino de seres encarnados e inmortales. No habría sido posible echarlos abajo pues lo estarían en un reino telestial.
Sin pecado, inmortales ¿Cómo no ser admitidos en el reino celestial? ¿a quién obedecerían? ¿de quién sería la gloria?
Yo mismo entiendo que este plan es de imposible ejecución, lo desarrollé en un artículo anterior. Sin embargo creo que pensamientos parecidos iniciaron la rebelión.
Sé que son extrapolaciones, pero la restauración nos libera de los grilletes de la oscuridad y podemos danzar con nuevos movimientos. No tenemos un cuerpo glorificado, pero nuestra mente puede volar sin peligro, mientras observemos las leyes que rigen el orden del sacerdocio. Quizás estos pasos y giros desconcierten a algunos pero no me pidan que pare. Que gozo la libertad de movimientos en el evangelio.
Acaso no danzaríamos con nuevos movimientos si conociéramos lo que se reveló al hermano de Jared y que fue sellado. No propongo nuevas doctrinas sino aliento para el alma, traigo nuevas notas cuando miro la restauración, no puedo sujetarme.
Albedrío eterno
Tendremos albedrío en la exaltación, pero seremos aliados de «la luz y la verdad» su atmósfera será la nuestra. Este es el verdadero estado de salvación, no ser nunca tentados ni desviados. Cuando cayó la tercera parte de sus hijos, su reino siguió inconmovible porque está constituido por seres exaltados que han vencido el segundo estado y no por espíritus incorpóreos.
El Padre Celestial no tiene una sala de control plagada de pantallas, interruptores y palancas. Salvando las distancias, tampoco la tiene el Pte. Nelson y sin embargo la Iglesia avanza bajo su liderazgo y es su honra la que inspira el apoyo de los santos. Si el Pte. Nelson abandonara los convenios y su llamamiento, caería y dejaría de ser profeta.
En sentido figurado, en la ciudad celestial no hay cañones, ni misiles más bien hay muchos diplomáticos. En nuestro mundo las personas se desilusionan por la falta de un Dios que intervenga con 12 legiones de ángeles para salvarnos y subestiman la salvación enviada por uno solo, su Hijo.
Es así su poder, en el caso de nuestra salvación, realizada por uno solo, apelando a la justicia y a la misericordia.
El albedrío por el que luchamos, más bien se parece al zumbido de las abejas que al estruendo de un volcán. Sin volcanes podemos vivir sin abejas no.
La ley de obediencia y la de sacrificio
Antes de sacrificarnos hemos de obedecer.
El sacrificio tiene algo de heroico y la obediencia contiene algo de tedio. Obedecer es algo diario, anónimo, requiere disciplina. El sacrificio destaca en el calendario.
Adán y Eva no recibieron revelación sobre su obediencia, la obediencia era por sí misma la revelación. El Señor les mostró que obedecer es mayor que sacrificarse y lo hizo manteniéndolos muchos días sin un conocimiento completo de lo que hacían.
Adán obedecía una ley de sacrificio sin saber por qué lo hacía. Cuando demostró su obediencia entonces su sacrificio cobró significado y fue aceptable.
Nosotros que somos marineros en el barco de Sión, a veces podemos dudar de su rumbo. Sin embargo nuestro capitán conoce las estrellas y los vientos. Es mejor obedecer para que, si llega el sacrificio, venga con significado y no vacío por desidia.
Tal como Adán, Jesucristo siguió el mismo esquema.
El Salvador, antes de sacrificarse, cumplio la voluntad del Padre, igual que Adán antes de que su sacrificio fuera completo, obedeció durante muchos días.
A veces como santos de los últimos días, pedimos que venga el ángel para que nos ilumine en nuestra monótona vida de obediencia. Lo que me gusta de Adán es su determinación en obedecer desde el jardín hasta el final de su vida. Quizás eso no le dio la profundidad de Eva pero sí la consistencia que hacía falta en la caída.
Lucifer se estrelló con Adán y con Jesús. Ambos tuvieron una formación especial para esta creación.
En casi todo la obediencia es mayor que el sacrificio. Al final, el sacrificio póstumo, necesitó de la obediencia «pero no sea como yo quiero, sino como tú» Mat. 26:39
El dolor existencial
Cuando un alma viene a este mundo, siente el rozamiento con la superficie, la fricción con el estado caído provoca dolor. Ya al nacer necesitamos llorar para existir.
La onda portadora del dolor, que no dejamos de sintonizar, es como un ruido de fondo. El evangelio la modula con fe y esperanza pero sin caridad, no cambia la sintonía.
Nuestro Señor para convertirse en Redentor tuvo que padecer un sufrimiento de otro estado. No tuvo un episodio de depresión o ansiedad, fue un padecimiento destilado. El rocío del Cosmos y sus tinieblas, destilaron sobre su alma demandas, no humanas, en su estado puro. Nuestro dolor no es de esa clase y además está atemperado por el segundo estado, aunque no lo creamos.
Cuando sufrimos, si meditamos en nuestro dolor, vemos que se desarrolla en el mismo lugar de nuestro cuerpo que lo hace el Espíritu Santo. O en el pecho o en las entrañas. De alguna forma nos enseña esta existencia a conocer todos los fuegos para entender todos los abismos.
Si meditamos en el sufrimiento de los tres nefitas, podemos diferenciarlo del nuestro.
Este es un dolor desde la felicidad, desde la salvación. A ellos les fue quitado el dolor por la existencia. Nosotros oramos para obtener lo mismo, quizás pensemos que la falta de respuesta en este asunto sea por su falta de interés. Pero a veces el silencio es la palabra adecuada, meditar en él nos ayuda a entender.
En el templo somos reverentes porque vamos a escuchar. Al añadir expectación en nuestra asistencia al templo, recibimos más percepción, imaginación y memoria. Es la actitud del cazador Enós cuando fué expectante al bosque…a todo menos a cazar. Un bosque puede ser un templo.
Es un misterio para mí el hecho de sufrir, por nuestra causa o por otras, no importa.
La asistencia al templo
Los cinco convenios que hacemos en el templo van contra nuestra naturaleza, buscan quebrantarnos para hacernos de nuevo y eso duele. Dar una nueva forma a nuestra alma es paso previo y necesario para tener la medida de un cuerpo exaltado. Los convenios tiran de nuestras articulaciones para darnos elasticidad y torsionan nuestra forma para hacerla resistente al esfuerzo.
Por tanto la senda del discipulado es una pista de atletismo espiritual que empieza por el interior del vaso
Venidos del polvo, la ley de consagración nos recoge de la dispersión del alma que el mundo produce. Centrados en Cristo como nuestro centro de gravedad, vamos adquiriendo densidad y brillo porque
Nuestras devociones al altísimo
Cada persona fallecida requiere aproximadamente 1 hora 50 minutos de tiempo para recibir sus ordenanzas en el templo. El desplazamiento al templo, al menos en España, vienen a ser de 3 a 6 horas. Sumemos los preparativos, gastos de viaje y tiempo en la obtención de datos de nuestros antepasados. Multipliquen eso por millones de santos de los últimos días en todo el mundo. Ustedes mismos pueden calcular el sacrificio.
Cuando oficiamos en el templo lo hacemos como los hijos de Leví o de Aaron, de la tribu de Leví. Aquellos que servían en el tabernáculo y después en el templo de Jerusalen.
Los hijos de Moisés y de Aaron, representando al sacerdocio de Melquisedec y de Aaron, ambos ofician hoy en el templo.
El sacrificio en rectitud, comprende el esfuerzo de recoger a Israel a ambos lados del velo. La construcción de templos se financia con los diezmos, que forma parte de la ley de consagración.
De vuelta a casa
Al regresar al aparcamiento del templo para empacar y volver a casa, sentí una punzada de desafío. Volver a la vida cotidiana conservando la esencia del templo, lo percibía como mantener una llama entre mis manos en un día ventoso.
Conservar el enfoque en el reino de Dios, en un mundo donde la prioridad es uno mismo, requiere del Urim y Tumin. Realmente traducir nuestra vida conforme al lenguaje de los cielos requiere interpretarla de otra forma a la lectura natural de los hechos. Esa habilidad requiere de intérpretes.
Sin más tardar al día siguiente, Lunes, me enfadé con un asunto trivial, nada importante, pero yo mismo empecé a soplar en la llama. Mi mujer me hizo observar la situación de otro modo. Exactamente, al igual que Eva, me mostró que los problemas son oportunidades
Recibir las mismas palabras de Nati, que enseño a mis alumnos JAS en la clase, me revelaron la profunda contradicción que hay en mi naturaleza. Sin embargo me consuelo con Nefi.
Ver en ese momento que mi actitud estaba en contradicción con mis creencias y principios fué un alivio porque renuncie inmediatamente a mi empeño en «leer» sin intérpretes.
Es duro estar en contradicción con lo que sabes y darte cuenta de ello.
Pero si algo me traje del templo, es no soplar yo mismo en la llama que su casa prende en nosotros y aceptar el consejo, tal como Adán lo hizo de Eva.
Hola David. Justo esta semana estuve estudiando sobre este asunto.
El presidente Boyd K. Packer enseñó: “Nuestro cuerpo físico es el instrumento de nuestro espíritu. En esa maravillosa revelación de la Palabra de Sabiduría, se nos dice cómo conservar el cuerpo libre de impurezas que puedan dañar y hasta destruir esos sentidos físicos tan delicados que están relacionados con la comunicación espiritual. La Palabra de Sabiduría es una clave para la revelación personal”
También estuve estudiando muchos de los pasajes que mencionas. Mi objetivo era comprender mejor cómo afectan nuestras emociones, las cuales se manifiestan a través de nuestro cuerpo, con nuestra capacidad de discernir la comunicación del Espíritu Santo. La salud emocional o la gestión adecuada de las emociones son fundamentales, ya que las respuestas fisiológicas de emociones como la ansiedad, la ira o incluso un entusiasmo desmedido puede silenciar el delicado susurro del Espíritu que requiere que nuestro cuerpo esté preparado para recibir esta comunicación. Hay muchos estudios que explican cómo cuidar nuestro cuerpo a través del ejercicio físico, la buena alimentación, el descanso suficiente, etc. nos ayuda con la gestión emocional y a evitar ciertos trastornos.
Gracias por tu artículo. Un abrazo!
Estoy en tu estela Joel, todo lo que dices es cierto y lo he creido siempre. Además he descubierto, por decirlo así, que la circulación de luz y conocimiento es en ambas direcciones.
Siempre leí este pasaje
««Y si vuestra mira está puesta únicamente en mi gloria, vuestro cuerpo entero será lleno de luz y no habrá tinieblas en vosotros; y el cuerpo lleno de luz comprende todas las cosas.» DyC 88:6″
Pero realmente mi lectura estaba condicionada por mis ideas de considerar al cuerpo «solo» un instrumento.
Ahora leo este pasaje y creo todo lo que dice, no lo que yo supongo que debe decir. Ahora me cuadra con otros muchos, incluso del Nuevo Testamento.
Las consecuencias de esto es el artículo «La voz de nuestro cuerpo y el espíritu» pero sobre todo una meditación abierta de este asunto, que no termina sino que empieza ahora.
Una abrazo desde la costa
Gracias David por expresar tan bien tus sentimientos. Los comparto. Me ha encantado también el comentario de Antonio. Siento mucho gozo al sentiros como hermanos. Pertenecemos a una generación maravillosa. Abrazos.
Si Jesús, es verdad lo que dices. Entre otros de ti conservo un recuerdo y sensaciones para atesorar.
Un abrazo a todos los de Cádiz, ciudad que me devuelve buenos recuerdos de juventud.
Una cita de Neal A Maxwell increible. Gracias Antonio por responder al artículo. Tu has sido desde mi juventud un referente
Felicidades por expresar tus pensamientos de esta manera.
«Los cinco convenios que hacemos en el templo van contra nuestra naturaleza, buscan quebrantarnos para hacernos de nuevo y eso duele».
¡Es que animal que llevamos dentro hay que domesticarlo!.
Creo que el dilema para el ser humano siempre ha sido el mismo desde el principio: Hacer nuestra voluntad u obedecer al Dios.
Los convenios nos enseñan a alinear nuestros deseos y conducta con los de la divinidad. De esta manera seguimos el consejo de Elder Neal A. Maxwell, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “El verdadero sacrificio personal no ha consistido nunca en poner un animal sobre el altar, sino en la disposición de poner en el altar el animal que está dentro de nosotros y ¡dejarlo que se consuma! Tal es el ‘sacrificio de un corazón quebrantado y un espíritu contrito»