sábado, febrero 1, 2025
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La voz de nuestro Cuerpo y el Espíritu

Y si vuestra mira está puesta únicamente en mi gloria, vuestro cuerpo entero será lleno de luz

El Viernes 17 de este mes quede a las 13:15 con Bonifacio López para charlar. Lo hicimos mientras tomábamos unas tapas en el bar 18 de Julio, en Almería.
Entre los muchos temas que tratamos, me preguntó acerca de mis publicaciones en Teáncum y por primera vez mencioné la voz de nuestro cuerpo. Esa voz es uno de los activos de este sitio web.
Ciertamente la buena compañía aflora buenas conversaciones. Ésta fue una de las que hace surgir agua en la roca de un día destinado a ser uno más de tantos.

Me planteo hoy reflexionar acerca de nuestro cuerpo como medio de conocimiento.

Alma viviente

En las nuevas escrituras se define el alma del hombre.

¿Cómo puede ser redimido el cuerpo si solo es un apéndice inerte sin el alma? Sin embargo en esta escritura el Señor redime a ambos en igualdad.

la voz de nuestro cuerpo

Redención viene del latín redemptio y significa acción de librar a una persona de esclavitud o secuestro a cambio de un precio.(1) Aplicar redención al cuerpo lo coloca en posición equivalente al espíritu. Surge la pregunta ¿de qué hay que rescatar al cuerpo? de la muerte, decimos. Pero no es de la muerte sino de «su» muerte. De una forma sutil, esta escritura nos dice que ambos, espíritu y cuerpo, son conscientes de la muerte y ansían la redención.

Cuando era joven, muy influido por Platón, consideraba el cuerpo como «la cárcel del alma». Sin embargo la importancia que le concede la restauración al cuerpo y a la materia en general, es realmente sorprendente.

El Señor redime o rescata por igual a la inteligencia y a la materia, los dos increados. Podemos observar que, así como crecimos desde inteligencia pura a ser sus hijos, la materia hace igual. Pasa de elementos desorganizados a cuerpos inteligentes.
Me atrevería a decir que hay una especie de compañerismo entre nuestro cuerpo y nuestra conciencia donde escuchamos la voz de nuestro cuerpo.

Nada se pierde

En el libro de la materia, escribimos cada día al dejar nuestra huella, de cómo tratamos con nuestro cuerpo. Escribimos si ascendió junto con nosotros, si aumentó en inteligencia de nuestra mano y si nosotros aprovechamos la suya.
Hay una memoria cósmica, ninguna información se pierde porque la materia tiene su propio registro.

Sí, Él lo vivifica todo, los espíritus y los cuerpos.
La arboleda de Palmyra ardiendo como la zarza, alrededor de un joven bajo una columna de luz. Esos árboles fueron vivificados y exaltados a un estado superior de su ser por unos momentos. Ardieron de gozo y conocimiento. Santos, Tomo 1,cap2
Yo sentí una mañana mientras caminaba por un prado las voces de gozo de sus plantas y flores.

La tierra viviente

El tratamiento que da la sección 88 a la tierra es semejante al que nos da a nosotros. El Señor enlaza la idea de que los pobres heredarán la tierra con la descripción de su naturaleza.

la voz del cuerpo

He aprendido que al leer las escrituras, sobre todo DyC, encontramos parábolas, símbolos, alegorías y símiles pero pocas metáforas. Metáfora viene del griego y significa «traslado o transporte a través». Es decir llevamos el significado de algo que parece oscuro o complejo a otra imagen más clara y conocida para facilitar su comprensión.
El peligro de ver metáforas por doquier al leer las escrituras, es que tomemos por metáforas lo que es conocimiento profundo y claro y lo traslademos a objetos comunes y superficiales. Entonces lo perdemos todo.

En cuanto a la redención del hombre y la santificación de la tierra, el Señor no habla en metáforas sino de describe lo que va a pasar.
Alguien podría pensar que el versículo 18 se refiere a la limpieza de la tierra como santuario, pero si seguimos leemos…

Si cambiamos el género de nombres y participios de los versículos 18 y 19, vemos que estos pasajes tiene simetría con nosotros. Por lo tanto el tratamiento de nuestro cuerpo es semejante al tratamiento de la tierra en DyC.
¿Qué busco con esto? pues encontrar una simetría entre la tierra y su entidad con nuestros cuerpos y la suya. Si, como leemos, la tierra es una entidad inteligente, los cuerpos salidos de ella, también.

Criaturas inteligentes

¿Por qué no dice el versículo 20 almas o personas? El empleo de la palabra cuerpos es intencionado. Está hablando de la tierra y en consonancia de los cuerpos que de ella han salido. Termina diciendo «para este fin ellos [los cuerpos] son santificados»
En Moisés leemos la primera expresión que se atribuye a la tierra.

la voz del cuerpo

Olviden las metáforas, Enoc sintió su voz y la transcribe.
La iniquidades de sus hijos, están en los cuerpos que de ella han salido. Los cuerpos impuros que obran contra toda justicia.
Nuestros cuerpos físicos, son por tanto, considerados como criaturas inteligentes y no como máquinas biológicas neutrales en la creación.
Sé que algún lector pensará que extrapolo demasiado la escritura y llego a conclusiones descabelladas. Pero tengo la certeza que el mundo es mucho más sorprendente de lo que nuestro sentido común nos propone.

La voz del Padre en Zarahemla

Permítame el lector, proponer otra escritura para entender esto. Estamos en Zarahemla, después de tres días de tinieblas. Están reunidos en los alrededores del templo.

Por dos veces la voz del Padre presentó a su Hijo amado en cumplimiento de las profecías. Por dos veces no entendieron la voz. La jornada anterior habían escuchado perfectamente la voz del Salvador dirigiéndose a ellos.
Sin embargo, Dios no alzó su voz era suave. Todos en el cielo esperaban a que los nefitas entendieran para proceder con el acto.

Esa primera llamada desde el cielo no era para los espíritus que había en los alrededores del templo, era para sus cuerpos. De hecho sus cuerpos escucharon
«penetró hasta lo más profundo de los que la oyeron, de tal modo que no hubo parte de su cuerpo que no hiciera estremecer; sí, les penetró hasta el alma misma, e hizo arder sus corazones»
La tercera vez aguzaron el oído porque percibieron la voz de nuestro cuerpo antes.

El Padre quería que lo escuchasen tanto el espíritu como el cuerpo.
La sección 88 sigue insistiendo en esta idea

Algunas impresiones

Quiero establecer la diferencia que encuentro entre impresiones e ideas en mi estudio de las escrituras. En Teáncum hay muchos desarrollos que son resultado del estudio de las escrituras, la mayor parte.

Pero hay otras veces que comparto impresiones. Algunas de ellas me desconciertan y asombran y todas son repentinas. No les doy una categoría doctrinal, pero son mis tesoros. Una característica de ellas es que tengo que escribirlas inmediatamente sino desaparecen, no consigo retenerlas y he perdido desgraciadamente muchas de ellas.
Hoy 22 de Enero, estaba sentado en el patio y tuve que apresurarme en llegar al despacho y anotarlas sin perder tiempo.

liberando mariposas

La conversación con Bonifacio sobre la voz de nuestro cuerpo, seguía por algún lugar rondando en mi mente. De pronto salieron las mariposas aleteando a mi alrededor y creo que las atrapé todas. Ahora estimado lector las libero ante tí.


Nuestro cuerpo es una criatura inteligente, no es una máquina biológica. El mundo la trata como tal y por eso pierde la voz de nuestro cuerpo, suave y cercana. Él es nuestro primer prójimo.


Nuestro cuerpo y nosotros nos edificamos mutuamente. Nuestro cuerpo es el primer aliado que tenemos en nuestro viaje por el reino de los elementos eternos. Nosotros somos su único compañero para ascender desde la materia sin organizar.
Somos inteligencias evolucionadas por nacimiento en la casa de Elohim, al tomar un cuerpo mostramos la luz de Su Casa a los elementos. Si brillamos con su evangelio, alumbramos más allá de nuestra casa, diría que a la inmensidad del espacio.


El cuerpo tiene su redención de la oscuridad de fuera mediante la unión a un espíritu. El Espíritu se une al cuerpo para conseguir la redención del alma. Nos embarcamos en la materia para cruzar esta vida hacia algo nuevo que es un cuerpo espiritual.
La resurrección es el anhelado momento en que los polos de la creación, inteligencia y elementos se unen en plenitud de gozo. Es el encuentro de dos naturalezas opuestas para crear lo inefable.


El cuerpo puede acceder a luz, inteligencia y conocimiento por su propia constitución.
Si lo santificamos el nos devuelve luz y conocimiento porque se llena de él.
Su inteligencia es distinta a la nuestra, pero nunca nos miente, es leal.
Esta unión es imperfecta, es un aprendizaje en el dominio de los elementos. Nuestro cuerpo es el nexo con el reino de la materia y sus habitantes. Cuando lo honramos adquirimos crédito ante fuerzas y potestades que no conocemos, pero son aliados del Padre. Si santificamos nuestro cuerpo, él será una fuente de poder y conocimiento. Nuestro embajador o garante de la lealtad del reino de los elementos al que pertenece, lealtad por la eternidad.


Obedecer los mandamientos sincroniza nuestro cuerpo y el espíritu para ser uno solo en la obtención de conocimiento.
Nuestro cuerpo es nuestro compañero no nuestro subordinado. El cuerpo soporta al hombre natural, de la misma forma que el espíritu. El hombre natural es la oscuridad que hay en este mundo y que amenaza a cada alma viviente.
El mal no se origina en nuestro cuerpo sino que él lo soporta igual que nosotros.


Sé que es extraño pero me acordé de esta escritura

cuerpo lleno de luz

El agradecimiento y el cuidado hacia nuestro cuerpo a pesar de discapacidades, enfermedades físicas o mentales es ofrecer un vaso de agua a alguien sediento. Esa relación cariñosa a pesar de toda dificultad, redundara en una experiencia de conocimiento mayor. El cuerpo es agradecido.


El cuerpo resucitado es la exaltación de esta unión temporal que tenemos. La memoria de los elementos tiene su propio libro de la vida. Esta memoria testificará en la resurrección de nuestra mayordomía corporal y reproducirá fielmente en nuestra alma resucitada, aquella perfección que tuvimos en nuestra relación corporal anterior.


Si nos alejamos de la Casa del Padre, separamos a nuestro cuerpo de su esperanza en la exaltación. Perderemos así su voz y lo dañaremos mediante la mentira y el orgullo. Ambas cosas contrarias a su inteligencia y constitución.
De todas las cosas, la mentira es su mayor agresión. Es contraria a toda actividad y latido en su interior, incluso de sus coyunturas, siempre leales al movimiento del alma. La mentira deseca el tuétano de los huesos.

Deténgase un momento

Después de leer estas impresiones, ¿qué está pasando dentro de usted? Puede que nada, pero si está sintiendo algo, le invito a que lo localice.
Qué está sintiendo, defínalo, cómo es ¿En qué parte de su cuerpo? Concrete el lugar radiante y a qué profundidad y su tamaño. Deténgase y guarde lo que aprenda en su mente, imagine una pestaña de favoritos.

Una fuente de conocimiento

Cuando Oliver Cowdery quiso traducir, el Señor le mostró una manera de establecer lo oportuno de un deseo.

la voz del cuerpo

Lo estudiamos en nuestra mente y lo sentimos en la voz de nuestro cuerpo. ¿En qué lugar la escuchamos? En el pecho. ¿Dónde concretamente? Estudielo usted mismo, dedique atención a eso.

Dónde se manifiesta la ira, el dolor, dónde habla el espíritu, de qué lugar sale la inspiración, dónde se nos avisa que eso que vamos a hacer no está bien. Dónde surge la misericordia, donde se manifiesta el dolor por otro, qué coyunturas se estremecen. De qué cosas avisan nuestras entrañas. Cuando tiemblan las manos, cuandos los ojos brillan.
No hablo del lenguaje no verbal, sino de la manifestación de la sabiduría de nuestro cuerpo en auxilio de nuestro comportamiento, adversidades o búsqueda de conocimiento.

Este es el momento. Fíjense en la secuencia y recuerden la muchedumbre en la explanada de Zarahemla.
Ser de un espíritu celestial no es ser exaltado. Nuestra gloria o exaltación será la que vivifique nuestro cuerpo. De la misma forma que, los cuerpos en esa explanada del templo, fueron estremecidos por la voz del Padre. Parafraseando 3 Nefi 11:3 podemos decir

La gloria, de aquellos que estaban en Zarahemla, fue la que penetró sus cuerpos hasta lo más profundo de los que la oyeron, de tal modo que no hubo parte de su cuerpo que no hiciera estremecer; sí, les penetró hasta el alma misma, e hizo arder sus corazones.


La voz de nuestro cuerpo

Acostumbramos a leer la Palabra de Sabiduría en la sección 89, como una norma de salud, pero en realidad trata de sabiduría. La restauración también es una dispensación y como tal dispensa conocimiento, no solo restaurado sino no restaurado es decir, nuevo.

Es una revelación que trata sobre el cuerpo, pero nos la apropiamos inconscientemente. Pensamos que gracias a nuestra conducta, nuestro cuerpo será saludable y nosotros recibiremos conocimiento.

la voz de nuestros cuerpos

Pero el sentido de la acción es al contrario.
El ombligo es por donde una vez nos conectamos a la vida y la médula en los huesos es la salud del cuerpo.
Recibir salud en el ombligo es recibir luz que vivifica al cuerpo y alumbra a los de la casa, es decir a nosotros.
Si como «santos nos acordamos de guardar y hacer estas cosas« ministramos a nuestro cuerpo, permitiéndole obedecer la Palabra de Sabiduría. Entonces, él estará conectado a la fuente de toda luz tal como estuvo conectado a través del ombligo a la matriz donde nació. Entonces…


Gracias a que nuestros cuerpos serán estremecidos por la luz o la voz que viene del cielo, se cumplirá la escritura en nosotros que dice:

Y créame, estimado lector, esto que acaba de leer no es una metáfora.

6 COMENTARIOS

  1. Maravilloso este articulo David, mi cuerpo y mi espíritu ahora tienen mas luz y me gustaría que mucha gente pudiera comprenderlo empezando por mi esposa que fuma mucho. Ahora entiendo mejor los mandamientos, muchas gracias hermano por sus enseñanzas.

  2. Hermano, esta reflexión, es sumamente profunda, y me ha animado aún más, en lo que me he propuesto en mi vida «cuidar mi cuerpo», y si lo permite, quisiera complementar este maravilloso ensayo con mi reflexión siguiente:
    Dentro de nosotros coexisten mundos celulares que trabajan para mantener a nuestros cuerpos con vida, ya que nuestros cuerpos están formados por millones de células de diferentes tipos, y por supuesto, estos pequeñines tienen cada cual, una función específica, y esto no es propio del ser humano, porque todos los seres vivos están compuestos de diferentes tipos de células, las plantas también poseen organismos multicelulares. Sin embargo, esto no es lo impresionante, quizá sea que, investigaciones aseguran que nuestras células podrían ser conscientes, sin embargo, aclaró, el producto de estas investigaciones son una teoría. Según la teoría, las células realizan una especie de comunicación y toma de decisiones que podrían considerarse una forma inferior de conciencia. No olvidemos que el campo de la ciencia considera la conciencia como un sistema nervioso y, por lo tanto, complejo, lo cual hace difícil de aceptar esta teoría, sin embargo, nos acerca a la motivación por cuidar de los seres vivos que residen dentro de cada uno, y que, al igual que nosotros o nuestras mascotas y plantas: crecen, se reproducen y absorben nutrientes para no morir.

    • Gracias Jacqueline, tu comentario añade rigor al artículo y coincide mucho con las escrituras. Nuestro deseo de cuidar nuestro cuerpo, en el evangelio pasa primero por rendir obediencia a los mandamientos. Yo creo que es lo primero que hemos de hacer sin dejar por eso de diezmar la menta y el eneldo, cuando hacemos deporte o cuidamos la alimentación.

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