En marzo de 2018 se produce un escándalo a nivel mundial. Cambridge Analytica, con sede en Londres, usa el análisis de datos para desarrollar campañas para marcas y políticos que buscan «cambiar el comportamiento» de la audiencia. Ésta consultora consigue de forma fraudulenta los perfiles de cincuenta millones de usuarios de Facebook mediante un test de personalidad. Estos datos posiblemente se usaron en la campaña de Donald Trump en 2016. Otro ejemplo lo explica Christofer Wilye, consultor de C.A. quién admite que el Brexit no podría haberse producido sin la intervención de esta compañía. El libre albedrío y los algoritmos están en contienda.
Quizás algún lector piense que…bueno no es tan grave, no se sustrajeron números de cuenta y claves de acceso, solo nombres, direcciones y cosas como si al usuario le gustan las mascotas. Y la pregunta, que seguro se hará es ¿qué tiene que ver esto con los santos de los últimos días?
Intentaré en los dos siguientes artículos, reflejar la gran amenaza que supone para el libre albedrío el uso sesgado de los algoritmos, en esta continua guerra de los cielos, versión 2.0. Pero para eso es necesario que analicemos, aunque sea escuetamente, los aspectos que intervienen en esta contienda presente por el albedrío.
¿Qué es un perfil en las redes?
Un perfil para estas compañías es una acumulación en bases de datos de información sobre el usuario. El tratamiento posterior de esos datos, detalla sus gustos, personalidad, afinidades políticas, creencias, familia, amistades, formación, nivel adquisitivo etc. Y ese etc. es muy largo.
En el pasado algunos datos se recogían puerta a puerta mediante encuestas. Ahora, en las redes sociales (Facebook, Twiter, Google, Instagram, etc). Se hace de forma automática. Al compartir, los likes y sus variedades, al subir información, interactuar con otros usuarios. Autorizar la geolocalización. Al asociar aplicaciones de la misma empresa como Wassap. Todo esto genera una cantidad de información increíble. En mi caso Facebook tiene un archivo de 239MB y no soy especialmente activo en las redes. El procesado de esos datos se realiza mediante algoritmos y el resultado es un perfil de usuario extremadamente completo. Pero sin que el usuario sea consciente de ello.
En una entrevista con ABC News, Tim Cook. CEO de Apple asegura que «hay empresas que saben más de ti que alguien que estuviera espiándote por la ventana de tu casa».
Algo así se produjo en los cielos, donde tuvo lugar una contienda a causa del albedrío.
El perfil en los cielos
Lucifer estableció el perfil de aquellos que iban a apoyar su plan. No se consigue un seguimiento de más de la tercera parte de los habitantes de los cielos sin realizar eso antes. Tenemos algunas pistas en las escrituras.
«…porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.» (Apoc. 12:10) Es la táctica ofensiva, de las fake news. Intoxicar, acusando día y noche.
En este caso, el acusador fue expulsado no por acusar, sino por volverse con violencia contra la autoridad establecida. Autoridad que le permitía expresarse libremente día y noche. Por lo tanto el reino del Padre no incluía el destierro de la disidencia, a menos que ésta no destruyera los fundamentos inviolables de su reino.
Por otro lado vemos esta declaración «Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré» (Moisés 4:1)
Esta mentira tan hermosa, no está dirigida al Padre, sino a los oyentes del concilio. Se adivina un auditorio necesitado de un líder que asegure resultados, con independencia de lo hagan los participantes. En una frase dice la misma cosa de tres formas. Todas ellas orientadas a la seguridad sobre la incertidumbre. Eso muestra un público con miedo, sin confianza en ellos mismos, sorprendidos por un viaje repentino, sin las tareas hechas.
Lucifer tenía definido el perfil donde apoyar su plan. Trabajó mucho tiempo en la formación de una opinión única, con un hastag como #noseperderaniuno o «Ninguno debéis perderos, todos tenéis el derecho a triunfar y regresar a casa de forma garantizada» Si lo leo tres veces, yo mismo lo creo. Me imagino lo que debió ser escucharlo «día y noche».
¿Para qué se usan los perfiles?
Ya respondió a esta pregunta Andrew Lewis en un comentario en la web Metafilter, al decir «Si no pagas por algo, no eres el cliente, eres el producto».
En ese plan gratuito de Lucifer, se puede ver parecido. «Si no arriesgas nada, porque de seguro obedecerás ¿para qué necesitas un redentor?, seras mi esclavo»
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Los perfiles, en teoría, son para personalizar la experiencia del usuario en una plataforma y sus servicios. Pero en realidad recolectan nuestra información porque es más valiosa que el oro. La escritora estadounidense C. J. Cherryh (ABC, redes) dijo «El comercio no trata sobre mercancías, trata sobre información. Las mercancías se sientan en el almacén hasta que la información las mueve».
Nuestro perfil, es la mercancía que venden las plataformas sociales y sus aplicaciones.
De forma semejante, arrastrar a miles de millones en la caída, requería un conocimiento muy profundo de los resortes del alma y sus temores, saber manipular los clicks, en el interior de los hijos de Dios. Y entonces ofrecerles el resumen de un plan de salvamento sesgado y populista.
Experimentos.
En 2014, Facebook realizó un experimento psicológico con 700.000 usuarios, sin su conocimiento. Era una prueba sobre el contagio emocional. Comprobaron que no hace falta contacto físico ni verbal, solo comentarios para inducir el contagio de emociones. El newsfeed o muro de los usuarios estaba manipulado a fin de ser parte de un experimento, sin consentimiento previo. Facebook tuvo que pedir disculpas. «El experimento, coordinado por Adam Kramer, científico de Facebook, analizó tres millones de posts. Según él, los datos que se encuentran en Facebook constituyen el mayor campo de estudio para el comportamiento humano en la historia de la humanidad.» (Algoritmos, el poder del control social, Eduardo Olier)
Campañas políticas.
Por ejemplo el caso de Donald Trump mencionado al principio. Pero no es el único, fíjense en el anuncio de una oferta de empleo en la campaña de Obama
«Se contratan expertos en analítica que quieran marcar la diferencia. La campaña para la reelección de Obama necesita más analistas en el equipo dedicado a problemas de minería de datos a gran escala y de alto impacto. Se buscan expertos en estadística, aprendizaje automático, minería de datos, análisis de textos y análisis predictivo para trabajar con grandes volúmenes de datos y ayudar a orientar la estrategia de las elecciones.» (Armas de destrucción matemática, Cathy O´Neil)
Esté seguro que ese gran volumen de datos nos incluye a usted y a mí. Y esa estrategia que buscan es influir y crear nuestra opinión. Por eso el anuncio se parece más a la construcción de algo que a informar sobre algo. Sean los electores de USA, de España…o de Nigeria.
Universidad, justicia, créditos, seguros…
La lista donde se manejan los perfiles es cada vez mayor. El big data es la tecnología que gestiona los conjuntos de datos de mayor tamaño y más complejos, especialmente procedentes de nuevas fuentes de datos (nosotros). La minería de datos son el conjunto de técnicas para extraer la información útil. Ver solo la etimología de estas dos palabras, nos coloca a todos en un solo «ecosistema», el mineral. Anula la diversidad humana y de esa forma simplifica la gestión de grandes masas de población.
Lucifer lo hizo así, resumió el problema a un solo hastag, #noseperderaniuno y en esa simplificación convirtió a la tercera parte de un reino en una nación global, con una sola causa con un solo perfil. El de los condenados.
La mayoría de esos datos son generados por personas como usted o yo cuando interactuamos en internet, con nuestro smartphone o con la llegada de nuevos periféricos llamados el internet de las cosas, que generan más datos.
El libre albedrío y los algoritmos
Un algoritmo es un conjunto de instrucciones que determina el contenido y la secuencia de una serie de acciones capaces de transformar unos datos iniciales (los nuestros) en un resultado deseado (los suyos). Pueden ser usados para encontrar un empleo adecuado para un perfil concreto. Sin embargo es más común que estén orientados a la eliminación de candidatos. Según Eduardo Olier «Los algoritmos usan nuestros datos como objeto de predicción. Cualquiera puede ser usado para una manipulación interesada de su voluntad. En democracias pervertidas, el poder político anula el libre albedrío.»
Tratan de predecir si vamos a pagar una hipoteca, si hay riesgo de reincidencia en el delito, si vamos a permanecer en esa universidad o nos trasladamos después de buenas notas en las preliminares. O si votaremos al candidato en cuestión.
Los resultados de los algoritmos son una cifra. Pero lo que ocurre en su interior es opaco. No hay apelación o aclaraciones. Usted no es apto para el préstamo hipotecario. O usted no es aceptado para esta beca. No pida explicaciones, se le ha aplicado un algoritmo de selección. Y en ese algoritmo la «ideología matemática» calcula si usted es una aportación para que la universidad pueda ascender de puesto en la US.News.
La constitución matemática de los algoritmos despierta admiración y una reverencia medieval. Confiamos en la imparcialidad de su diseño. Sin embargo en su interior está incrustada la intención.
Un susurro en el oído
Antes de la aparición de las redes sociales, también se intentaba dirigir la opinión pública y las conciencias. Se utilizaba la prensa, la televisión y demás medios de comunicación. Sin embargo el debate generado era observable y cada uno podía discernir de acuerdo a su conciencia. Era algo parecido a hablar con un megáfono en la plaza del pueblo.
Lo mismo que hacia Amalickía «empezó a incitar el corazón de los lamanitas contra el pueblo de Nefi; sí, nombró algunos hombres para que desde sus torres hablaran a los lamanitas en contra de los nefitas.» (Alma 48:1) El público en general escuchaba el mensaje, fuese cierto o no. Se formaban grupos de simpatizantes y otros que no, de forma visible. Amalickía con ese sistema primitivo, en un año adquirió «poder por medio del fraude y del engaño» (7)
Microtargeting
Pero ahora con el tratamiento del Big data y los algoritmos, se puede enviar un mensaje personalizado a la atención de un solo individuo, manipulando sus emociones. En función de sus intereses con la intención de construir su opinión. No es la eliminación del libre albedrío sino su anulación. Es el mismo método del adversario «y así les susurra al oído, hasta que los prende con sus terribles cadenas, de las cuales no hay liberación.» (2 Nefi 28:22)
Este poder de susurrar al oído, preocupa a muchos. En una declaración del Consejo Europeo, se muestran especialmente atentos a este aspecto «Los niveles de precisión algorítmica de grano fino, subconscientes y personalizados, pueden tener un efecto significativo en la autonomía cognitiva de los individuos y su derecho a formar opiniones y tomar decisiones independientes»
Nunca una tecnología en manos de grupos de poder, ha tenido la misma capacidad que la del adversario. La de susurrar al oído de cada uno de los miles de millones bajo su influencia.
Armas de destrucción matemática
Con este título de su libro, Cathy O´Neil nos muestra los algoritmos como armas de destrucción matemática (ADM). «…las ADM (algoritmos) en desarrollo en los sectores de los recursos humanos, la salud y la banca, por mencionar solo algunos de ellos, están estableciendo con rapidez normas generales que ejercen sobre nosotros una fuerza muy similar al poder de la ley»
Esta argucia transparente, que esquiva las leyes, sin que seamos consciente de ello, recuerda la caída del gobierno nefita en el 38 A.C. «…y vieron que se habían corrompido sus leyes, y que ellos se habían vuelto un pueblo inicuo,» (Helamán 4:22). La diferencia entre aquella situación y la nuestra es que ellos pudieron observar un cambio en sus leyes como causa de su decadencia. Nosotros no podemos observarlo, porque es una actividad transparente a la legislación. Por eso los elementos que conforman los algoritmos como ADM son su opacidad, trabajan a gran escala y el daño es generalizado.
Cathy O´Neil reflexiona sobre el fundamento garantista de la justicia en la presunción de inocencia. Esta garantía es una limitación que da como resultado que algunos culpables quedan libres. Pensamos que esto es mejor a que se encarcele a un inocente. Los algoritmos aplicados en la justicia, van en otro sentido… » tienden a priorizar la eficiencia. Por su propia naturaleza, se alimentan de datos medibles y cuantificables.» Por lo tanto los aspectos humanos, las circunstancias no medibles, quedan fuera de su cálculo.
De hecho, en el plan de Lucifer al decir «de seguro lo haré», indica que el factor humano, lo imprevisible, es desechado. Sin embargo, el Salvador, al apurar hasta las heces de la amarga copa, proporciona un margen de misericordia para lo inesperado.
Las enmarañadas órbitas de los asteroides
Realmente agradezco su compañía, estimado lector. ¿Por qué toda esta introducción? Para responder a esta pregunta, lo haré con una escritura de Apocalipsis contemporánea con la restauración.
«Y hacía que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviera la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.» (Apoc. 13:16-17)
No soy de los que creen en conspiraciones humanas a nivel global. Sin embargo leer las escrituras y meditar en ellas, nos dan claves para entender si hay un patrón, una pauta o un modelo en un mundo enmarañado de tantas órbitas.
No puedo dejar de ver un reflejo de nuestro mundo en esta escritura. Hoy, nada es tan común «a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos» como «la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre.» Esta escritura nunca ha tenido tanto significado como ahora, en nuestra época. Porque en el pasado no ha ha habido un mundo tan global como para expresar un nivel tan amplio de influencia.
Su número en la frente
En esto que hemos leído hasta aquí, he tenido la ocasión de presentar la marca, el nombre y su número. Están en la frente de miles de millones. Ese número de la bestia, es una forma de contar las cosas, una manera de preguntar, una forma de pensar, de aprender, de escoger, de vivir y morir. Su número en la frente nos dice que pensamos a la forma en que su número nos explica y presenta el mundo.
Hasta aquí una introducción en la batalla del albedrío en estos últimos días. Ahora el adversario es sutilísimo en su estrategia. Pero los santos hemos de escudriñar para el bien y seguridad de los nuestros, de aquellos bajo refugio en Sión.
En una segunda parte de este articulo, profundizaremos en una estrategia frente a la marca, el nombre y el número.
¿Nos acompañará estimado lector?
Segunda parteLos algoritmos en la guerra de los cielos, 2ª parte |
Gracias Edwin, es uno de los enfoques de trabajo en teáncum
muy buen articulo. aborda temas de trascendental importancia uniendo ciencia y espiritualidad. sorprendente.