En 1997 leí un artículo sobre Internet en España, comenzaba así una apasionante relación con el mundo de la información y las redes que nunca abandoné. Contacté con un grupo de emprendedores y fundamos Telebase S.L, el primer nodo de conexión a Internet en Almería y uno de los primeros en España. Hice una de las primeras web de la iglesia en español, en ella digitalicé el Libro de Mormón y lo puse online.
Mi entusiasmo, como siempre, produjo ciertas reservas en mi entorno. La postura de la iglesia entonces era de mucha reserva en cuanto a Internet, había que ser muy cauto con los peligros que pudiera albergar y se recomendaba esperar. Todo lo contrario de lo que yo hacía.
Más tarde leí a Marshall McLuhan, y sobre todo a su discípulo Neil Postman en «Tecnópolis». Entonces comenzó una desconfianza por mi parte, una toma de conciencia de los peligros de la tecnología. Sigo con esas reservas adquiridas en mi periodo «ludita» y sigo pensando que hay que establecer una negociación y no una rendición, entre el evangelio y los medios tecnológicos. Véase mi artículo «Las escrituras electrónicas y las planchas de oro».
Con el paso del tiempo he adquirido una cierta templanza y menos fervor en mis convicciones técnicas y su relación con el evangelio. Sin embargo, estimador lector, en estos últimos cuatro meses, debido a la crisis provocada por el covid-19, hemos tenido cambios acelerados en la iglesia y en el mundo. Sería una negligencia no observarlos y sacar conclusiones. Pero también es difícil prever la ruta futura de los acontecimientos. La transición de la piedra al bronce o del pergamino a la imprenta, no fueron mayores que la que experimentamos hoy. Es de eso de lo que vamos a hablar ahora en teancum.
La iglesia hacia el modelo de comunicación celestial
El modelo de comunicación de los cielos nunca ha sido presencial.
«Y Adán y Eva, su esposa, invocaron el nombre del Señor, y oyeron la voz del Señor que les hablaba en dirección del Jardín de Edén, y no lo vieron, porque se encontraban excluidos de su presencia.» (Moisés 5;4)
La comunicación presencial, en ese modelo, es poco frecuente y a menudo «…después de muchos días» (6) por lo tanto lo presencial en el plan del Señor obedece a lo excepcional y no a lo convencional.
En ese mismo día «descendió sobre Adán el Espíritu Santo, que da testimonio del Padre y del Hijo…» (9) Al testificar del Padre y del Hijo, realiza una labor de comunicación y en propiedad, lo es de telecomunicación.
Telecomunicación es una palabra que se compone de dos términos, el griego tele que significa lejos y communicatio, que significa compartir, intercambiar algo, poner en común. Lo que viene a decir ponernos de acuerdo a través de la distancia. El Espíritu Santo en este sentido hace de comunicador a través de la separación entre Adán y la presencia lejana del Padre.
El Espíritu Santo opera globalmente y transmite su mensaje de forma individual al mismo tiempo en diversos lugares. Algo que lo presencial no puede, por ejemplo el ángel que visitó a Adán entregó un solo mensaje a una persona en un momento dado. Satanás tienta a los hijos de los hombres después de recibir la telecomunicación del Espíritu Santo.
Así también la luz de Cristo «la cual procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio,» (DyC 88:12) se hace presente desde su presencia → hasta la inmensidad. Para influir en cualquier inmensidad el modelo de comunicación de los cielos, no usa lo presencial sino la telecomunicación, término que hemos de adoptar en nuestro lenguaje religioso como un regalo. De esta forma convertimos lo secular en divino mediante la expansión de nuestro conocimiento, surfeando en la ola de la restauración.
En Álvarez Quintero.
Cuando me bauticé en 1976, la iglesia estaba en el centro de Sevilla, en la calle Álvarez Quintero. Tenia que tomar un autobús, la línea 12 que atravesaba la ciudad. Un día pregunté por asuntos de doctrina y un joven de la rama, me dijo que me daría información. Subimos a la última planta de la capilla, que era una casa adaptada como centro de reuniones. Arriba en una habitación me mostró varias pilas de manuales y revistas que me llegaban a la altura del pecho. Y me dijo ahí la tienes.
Ese era nuestro modelo de comunicación, los manuales en la iglesia han sido y todavía son, la materia oscura que da forma al universo del discipulado. Fue dos años después en el 1978 que se nos citó a los miembros de la rama de Sevilla 2 en la calle Tomás Murube, para ver una conferencia general. Era la primera vez que veía un reproductor de vídeo. Vi y escuche al Pte. Kimball. Comprobé que era un hombre, observé sus gestos y escuché su voz, pasamos en un instante de la lectura a la visión.
Sentí orgullo al pertenecer a una iglesia que comprendía y usaba una tecnología que nadie en mi vecindario usaba. Eramos avanzados.
Después vino la conferencia por satélite, la sesión del domingo a las 18;00 era a tiempo real. Sentimos que en ese momento todos éramos un solo pueblo. La pila de revistas y manuales quedó atrás. Internet empezaba más tarde a proporcionar reuniones de consejo y capacitación.
Quede literalmente fascinado cuando vi mi árbol familiar en la pantalla de mi ordenador. Familysearch nos sacó de la mesa y la lampara y nos llevo como a Nefi, a un monte alto donde podíamos divisar lo que antes era inalcanzable. Pensé que habíamos llegado a la cima, no había nada más allá.
Nuestro futuro modelo de comunicación
¿Qué quiero decir con estos recuerdos entrañables?
Nuestro modelo de comunicación tiende a la telecomunicación, a disminuir lo presencial desde antes de los años 90. Tal como Adán dejó de escuchar la voz desde el jardín, así también adquirió autonomía al recibir el Espíritu Santo y no depender «…después de muchos días» (6) de la visita presencial de un ángel. De igual manera los nuevos avances en comunicaciones, nos proporcionan la información no «…después de muchos días» sino a tiempo real, tal como hizo Adán, profetizando bajo el espíritu a tiempo real. Esto no se suma a nuestra historia sino que la cambia. En esta segunda visión del evangelio que estamos recibiendo, no vamos a integrar la tendencia telemática de la ministración sin experimentar un profundo cambio en nuestra estructura y forma de trabajar. Esto despertará reticencias en algunos de nosotros, que consideramos a la verdad ligada a lo inmutable. Sin embargo el Señor nos dice.
«He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo.» (DyC 88:73)
Apresurar viene del latín pressura, acción de presionar. No es un vocablo agradable, a nadie le gusta que lo presionen. Pero al añadir en su tiempo, nos indica que lo hace con un plan y una estrategia. El Señor esta proporcionando los medios para hacerlo sin que el incremento de velocidad sea a nuestra costa sino a costa de los medios.
Un ejemplo de este modelo es el término difusión. En mi experiencia en la iglesia desde el año 1976, esa palabra no era de uso común. Sin embargo desde hace tres meses la recibo con una frecuencia asombrosa. El uso del término está ligado a medios y redes telemáticas. Hay una expansión del evangelio hacia la técnica y nos nos extrañemos que adoptemos palabras como Branding, engagement o segmentación, de la misma forma que ya lo hicimos hace 20 años con web, Internet o satelital.
La telemática
Con la aparición de Internet, se crea una diferencia entre telecomunicación y la telemática. Parte de la misma raíz tele, a distancia. Pero une la palabra mática del latín que significa información. Es la conjunción de la telecomunicación con la informática, de tal forma que no sólo podemos comunicarnos a distancia sino compartir datos, lo que da una aproximación a la realidad muy potente.
Gracias a las telecomunicaciones de satélite en la capilla veíamos la conferencia general, pero en una reunión de comité en zoom hablamos, proponemos, cantamos, compartimos etc. La telemática nos proporciona una experiencia más cercana a la realidad. Esa realidad que limita y encarece la espera de lo presencial en el apresuramiento del Señor.
«Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán elevadas.» (Isa. 49:11)
La restauración sin la tecnología no alcanzará sus objetivos. Esos montes que separaban los pueblos, esa orografia del planeta diseñada para la constitución de sus naciones, ahora son convertidos en caminos. No es el momento, como en Babel, de dispersar, ahora es el de recoger, volver al inicio del universo humano. La tecnología que lo hace posible es su tecnología, por eso sus calzadas elevadas, consiguen superar los antiguos obstáculos.
Conociendo el carácter de farmers que nos caracteriza como pueblo, créanme que haremos maravillas.
La pregunta a Sneider
En el proyecto JA Granada, tenemos la meta de llegar a los casi 400 jóvenes adultos de nuestra estaca. Plantearnos ese desafío de forma presencial supondría o bien una carga de trabajo incongruente con la atareada vida de nuestros jóvenes o prolongar los resultados «…después de muchos días» demasiados para ellos.
En nuestra reunión de comité se planteo con más definición la tarea y la pregunta se dirigió especialmente a Sneider, nuestro comunity manager.
¿Cómo vamos a conseguir transmitir nuestra amistad, nuestro afecto y compartir el espíritu con todos esos jóvenes alejados de nuestra presencia a través de medios telemáticos?
En esta segunda visión de nuestro siglo, a la que asistimos, éste es el gran reto, el campo blanco listo para la siega. Colonizar con éxito esa empresa requiere dominar los medios técnicos con las llaves del sacerdocio. Igual que lo hizo antes familysearch con gran éxito. Meter nuestra hoz, nos exige conocer y usar esas herramientas de forma profesional, con dominio de sus resortes y no simplemente de forma superficial. De la misma forma que Nefi necesitó el dominio de varias disciplinas técnicas para construir un barco y no una balsa de troncos.
La transmisión del espíritu
Ver la conferencia general, actividad sin retorno de mensaje, es muy parecido a leer. Fue un salto, pero no un cambio.
Sin embargo anular el espacio en el concepto de clase y reunion, eso ya es otra cosa, eso nos toca en la médula. Anular el tiempo y modificar la supervisión y funcionamiento de los comités es un cambio radical.
Y la pregunta es ¿Se puede transmitir la influencia del Espíritu Santo a través de medios telemáticos en esos nuevos entornos?
Creo que podemos encontrar una respuesta en DyC 50:17-22, En estos versículos el Señor nos explica su modelo de comunicación, primero describe el emisor y luego el receptor.
De cierto os digo, el que es ordenado por mí y enviado a predicar la palabra de verdad por el Consolador, en el Espíritu de verdad, ¿la predica por el Espíritu de verdad o de alguna otra manera? Y si es de alguna otra manera, no es de Dios.
(17-18)El emisor
En este versículo menciona para el emisor, el que es ordenado, dos términos que usamos indistintamente. El Consolador o el Espíritu Santo y otro término, el Espíritu de verdad. Me parece intencionada la frase «por el Consolador, en el Espíritu de verdad» ese «gasto» de palabras no es gratuito, nunca los es por eso nos trae conceptos distintos. El agente comunicador es el Espíritu Santo pero el medio que usa lo describe «en» o podríamos decir también sobre el Espíritu de verdad.
En DyC 88:6, leemos que el Salvador estuvo arriba y debajo de todas las cosas «a fin de que estuviese en todas las cosas y a través de todas las cosas, la luz de la verdad». No es lo mismo la luz que brilla (Cristo) que la luz de la verdad, esta es anterior a todo porque «…no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser.» (DyC 93:29) Por lo tanto El Espíritu Santo trabaja en el campo increado del Espíritu de verdad, en la portadora que «procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio,» (DyC 88:12)
La portadora
Quiero aclarar el término portadora.
Lo extraigo de las transmisiones de ondas de radio. La portadora es una frecuencia constante que es modulada en su amplitud. Por ejemplo si sintonizamos la 1244KHZ, que puede corresponder a RadioHuelva AM, la información se transmite en esa frecuencia portadora 1244KHZ, mediante variaciones en su amplitud, por eso es AM, amplitud modulada.
Quizás nos parezca un exceso afinar en detalles de las palabras, pero el Señor no habla en vano. Él nos esta desgranando cómo trabaja ese don que recibimos. En esta segunda visión presente, aprendemos que encontraremos al Consolador si estamos en Cristo, que es la luz que brilla, el que porta la luz de la verdad. Es en la portadora, el Espíritu de verdad, donde el consolador testifica a aquellos que estén sintonizados con la luz que brilla. Para profundizar en estas tres capas de luz, la luz de la verdad, la luz que brilla y el Espíritu Santo, les remito a los artículos relacionados con la luz de la verdad y su propagación.
El receptor
Y además, el que recibe la palabra de verdad, ¿la recibe por el Espíritu de verdad o de alguna otra manera? Si es de alguna otra manera, no es de Dios. (19-20)
En este versículo resalta una idea principal. Lo importante es la portadora no una forma de comunicación u otra. Estando en el Espíritu de verdad que es la portadora de la luz, tendremos la asistencia del Espíritu Santo para testificar de la verdad. No importa la manera en que prediquemos, si es en planchas de oro, en pergaminos, en papel, en pantallas de cristal líquido, en ondas de radio o en espacios virtuales.
Por tanto, ¿cómo es que no podéis comprender y saber que el que recibe la palabra por el Espíritu de verdad, la recibe como la predica el Espíritu de verdad? (21)
Hay muchas formas de recibir la verdad, pero solo una naturaleza. Como iglesia estamos experimentando un cambio formidable en la forma, que amenaza con destruir la naturaleza del mensaje. Pero no ocurrirá eso. Esos grandes poderes tecnológicos que se están desatando en el mundo, como si se hubiesen abierto puertas a dioses desconocidos, pueden en verdad destruir mensajes y culturas. Ya lo dijo Marshall McLuhan, «el medio es el mensaje» y podemos observar cómo los medios modernos impactan para mejor o peor en grupos y comunidades.
Sin embargo, hay un poder que se nos ha dado con las llaves del sacerdocio, el de sujetarlos en bien de la causa de Sión. Emplazo al lector a observar el desarrollo de esa doma titánica de ese nuevo átomo que es la comunicación, en el presente y el futuro. Será un espectáculo apasionante. Aquí en Teancum estamos observándolo desde hace tiempo, intentando describirlo.e
Un botón verde
«De manera que, el que la predica y el que la recibe se comprenden el uno al otro, y ambos son edificados y se regocijan juntamente.» (22)
En un cara a cara en nuestra plataforma de vídeo JA Granada en el mes de Mayo, decidimos hacer un intermedio para presentar unos vídeos de publicidad para promocionar nuestra organización. Cuando llegó el momento, iba a presionar el botón verde de compartir pantalla. Pero no puede hacerlo. En el Espíritu de verdad, el Consolador nos enseñaba a todos. No era momento para otra cosa que seguir siendo edificados y regocijarnos juntamente.
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Gracias a ti Raquel por visitar Teáncum, espero que te sea grato
Siento la verdad y el deseo de saber más, Gracias por seguir su revelación y tener el deseo de compartir este maravilloso mundo creado Teancum.