La segunda venida de Jesucristo es una prueba de vida para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El propio nombre de la Iglesia es una profecía, un compromiso con la verdad. Si no terminase en «los últimos días», podríamos enfrentar el futuro sin la presión del cumplimiento de esa profecía, una situación parecida a los nefitas que recibieron las palabras de Samuel el lamanita.
Esa intrepidez en declarar que estos son los últimos días anterior a su venida, no proviene de sus miembros o de un profeta sino de quien encabeza esta dispensación.
Si observamos otras iglesias, éstas no tienen plazos en su existencia, por lo tanto pueden pasar los años o siglos y sus declaraciones no son cuestionadas por el tiempo. Son generalistas en sus aspiraciones. Pero la concreción de la restauración es osada, viene ya con su ciclo, declarando una existencia limitada a esos últimos días, que aunque no son definidos, sí nos definen a nosotros.
Este segundo artículo sobre la segunda venida del Salvador comienzan con una reflexión del encaje de esta doctrina en nuestra psicología y en un entorno hostil, como es el mundo y su normalidad.
Espero que el lector no se desanime por el tratamiento pausado de la cuestión, en el próximo ahondaremos en detalles pero es necesario trabajar el campo y la espiga para cosechar el grano.
Frente al mundo
La historia del mundo no es cíclica de lo contrario sería previsible. Quizás lo sean algunos errores, pero el futuro esta lleno de hombres y mujeres que viven mundos imprevistos. No hay ninguna fuerza, excepto la nuestra, que doblegue o acabe nuestra historia. Incluso evitar el impacto de un asteroide entra en nuestros planes de futuro.
Sin embargo, la segunda venida de Jesucristo, es una irrupción fuera de caja, ajena a nuestro brazo que viene y da fin a la historia humana tal como la conocemos.
No se relaciona con el calentamiento global, ni fuentes de energía ni cambios en la geoestrategia de las naciones. Su relato no está invitado a participar en el rameúmptom de las sinagogas del mundo y nosotros quizás nos sintamos como aquellos zoramitas.
«…nos han echado de nuestras sinagogas, que con tanto trabajo hemos edificado con nuestras propias manos; y nos han echado a causa de nuestra suma pobreza; y no tenemos un lugar para adorar a nuestro Dios. He aquí, ¿Qué haremos?» (Alma 32:5)
Todos nosotros hemos ayudado a la construcción de este mundo, sin embargo no somos del mundo y nuestros relatos históricos tampoco, pues le dicen a ese mundo que estamos en sus últimos días. Por lo tanto no somos admitidos como oradores fiables «pues he aquí, somos echados de las sinagogas a causa de la pobreza de nuestras ropas.» Alma 32:2 entendiendo por ropas nuestras creencias.
Esto no debe extrañarnos ni tampoco ofendernos. Es la consecuencia natural de tomar la cruz de Cristo, en la que uno de sus travesaños es su segunda venida.
Todo lo que hablemos sobre este asunto será útil para aquellos que hayan tomado esa cruz. Abundando en el mundo los que son astutos como serpientes son pocos los dados a ser sencillos como palomas. He conocido a personas de una fe connatural que no admite vacilación, sin embargo escribo para aquellos en lucha como yo, que van y vienen con ese travesaño entre sus hombros.
Un nuevo planteamiento
Creo que la segunda venida del Salvador, no es un suceso con una fecha dada, sino más bien la confluencia de muchos factores que constituyen el momento adecuado para que ocurra. Nosotros solo podemos acercarnos pero no llegar al dato concreto.
Por lo tanto la segunda venida es un acontecimiento flotante. Analizarlo por sus señales, nos da sólo una coordenada que se extiende en la historia y se ha repetido durante siglos. No podemos acercarnos al suceso S1, S2, S3 sean estos guerras, desastres o pandemias… y poder interpretarlos como señales de su venida. Necesitamos otra coordenada para ubicarlo mejor. La tenemos en la restauración del evangelio en 1830.
Con la restauración y sus revelaciones como segundo eje, acotamos el espacio presente como la superficie histórica relacionada con su venida en los últimos días, vivimos en este momento en el escenario de su venida. Sin embargo el tiempo sigue fluyendo y los últimos días pueden ser años o siglos. De nuevo estamos desorientados en el asunto en un espacio presente que crece indefinidamente.
Una nueva coordenada
Sin embargo podemos establecer una tercera coordenada fuera del planteamiento acostumbrado mediante un nuevo eje perpendicular a los anteriores. Y ese intento consiste en introducir una pregunta, dando así un tirón hacia arriba a ese plano anterior. Construimos así un pensamiento más espacial y humano y no tan abstracto como es el tiempo de su venida que siempre hemos usado. La pregunta es:
¿Hasta donde puede ser aceptable este mundo para que el plan de salvación pueda funcionar correctamente?
Pregunto hasta dónde y no hasta cuándo, porque para nosotros, el espacio es más fácil de manejar que el tiempo. Por ejemplo podemos calcular mejor cuando llegaremos al hotel si conocemos el camino hacia él porque vivimos en un espacio-tiempo.
La obsesión por cuándo será la segunda venida de Jesucristo, nos impide plantearnos el dónde.
Conocemos los pilares del plan de salvación, como el libre albedrio, la familia, los templos en propiedad de la Iglesia, un cuerpo físico para experimentar la vida etc. Podemos analizar lo que está ocurriendo en el mundo y cómo afecta a estos pilares e intentar establecer la trayectoria del plan de salvación y comprender mejor sus tiempos. Sé que no es fácil, pero este planteamiento nos abre puertas.
La pregunta que resalto arriba, da luz a esa nueva coordenada y genera muchas derivadas. Ninguna de ellas podría haberse formulado hace cincuenta años, pero todas ellas facilitan un cálculo aproximado para un contorno difícil de integrar como es el de su venida. Algunas de ellas son éstas.
- ¿Es posible constreñir el albedrio humano hasta el punto de no poder elegir?
- ¿Puede estar en peligro la libertad de adorar a Dios sobre todo en los templos?
- ¿Dejará de ser el cuerpo el medio de adquirir la mayor parte de la experiencia?
- ¿Será obsoleto el discernimiento personal en un mundo explicado por la inteligencia artificial?
- ¿Peligra la familia como la institución fundamental de la sociedad?
- ¿Llegaremos a sortear los serafines del árbol de la vida?
- ¿Llegará el mundo a ser un solo cuerpo sin escape para lo diferente?
- ¿Tenderán las naciones a legislar con naturalidad contra la luz de Cristo?
Quizás alguien se pregunte cómo se relaciona esto con la segunda venida.
Pues de esta manera: Si la respuesta a estas preguntas es Sí, entonces el plan de salvación deja de ser viable en este mundo tal como se intento en el mundo premortal o tal como se explica en Jacob 5 en sus últimos versículos del 71-74. Habrá llegado el momento de otro giro en las estaciones de su viña.
«…¿para qué ha de seguir ocupando el terreno?»
Lc. 13:7
Alterar el entorno del plan
Podemos modificar el medio ambiente del planeta pero también el medio ambiente humano donde se desarrolla el plan de salvación. Si este medio no favorece los elementos básicos de su plan, con el ejercicio del albedrio como buque insignia, el estado probatorio se debilita en uno de sus pilares. Deja de serlo y pierde su sentido porque no hay probación sino sumisión al dragón. Apoc. 12:9
Lo vemos en El Libro de Mormón.
«Porque como la voz del pueblo establecía sus leyes y sus gobiernos, y los que escogieron lo malo eran más numerosos que los que eligieron lo bueno, estaban, por tanto, madurando para la destrucción, porque se habían corrompido las leyes.» Helamán 5:2
Este versículo es una versión local de la tendencia global en que nos encontramos. En nuestro presente, no son solo las leyes sino es toda la civilización la que experimenta cambios extremos de todo orden hacia un punto ciego en nuestra vista.
No estamos hablando de la imprenta, la máquina de vapor o internet. Lo que está sucediendo se encamina a la posibilidad de salirnos del plan de salvación y crear un versión bastarda de la existencia.
«He aquí, el mundo está madurando en la iniquidad; y es preciso que sean instados los hijos de los hombres, tanto los gentiles como la casa de Israel, a que se arrepientan.» DyC 18:6
Doctrina y Convenios es para toda la tierra, es global. El mensaje no es solo aplicable a la persona sino a su conjunto, naciones, legisladores, justicia, líderes, grupos, asociaciones etc…Madurar en la iniquidad es adquirir un estado decisivo donde o se usa o se pudre y no hay vuelta atrás.
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Cuestión de escala
Siempre ha habido iniquidad, pero la diferencia con el presente es la escala. Ahora se puede vascularizar en todo el orbe, dotarse de medios inteligentes y escapar a nuestro control. Puede modificar la percepción de la realidad, anular la confianza en nuestro discernimiento, que dejemos de confiar en nuestros sentidos, eliminar cualquier disidencia de la nueva corrección, construir otra realidad alejada del mundo que Él organizó y hacerlo a escala global y sin movernos de casa.
Todo lo que he mencionado antes se ha producido siempre en el mundo. La mentira o modificar la percepción de la realidad, ha sido usado como táctica política, militar, comercial…en todos los aspectos de la vida en todos los siglos de la historia.
La diferencia con estos días, es la escala. El peligro es que esas ideas sean parte de la atmosfera y no de una parte del planeta. Que entren en nuestro torrente mental sin mediar nuestra voluntad o criterio, sino por el simple hecho de vivir y respirar ese aroma que lo inunda todo.
La misma tecnología que nos ayuda a recoger a Israel, facilita la gasificación de la mentira.
«Y hacía que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente» Apoc. 13:16
Esta escritura de Apocalipsis solo ha podido cumplirse en estos días, ninguna cultura anterior ha tenido la tecnología para colectivizar a la humanidad de esa forma. Noten que las palabras del versículo, trascienden a pueblos y naciones, propone una nueva identidad. Poner una marca es hacer suyo.
Sustituyan «marca» por teléfono móvil y verán su sentido. No estoy diciendo que los celulares sean la marca, sino que solo en nuestros días es posible homogeneizar a esa escala a la humanidad, tal como esta escritura nos muestra.
La mayoría asiente en esta deriva con una confianza ciega en el futuro, ese mito moderno convertido en un tótem. Comparen el futuro que imaginábamos en los años 60 o 70 con la actualidad, ¿me comprenden? Recuerden, escala y colectivo.
El futuro es una entelequia pero nos lo venden como una vivienda en plano.
Un ejemplo de alteración en el plan
Consideremos el albedrío y la elección ante las nuevas condiciones que van apareciendo.
El albedrío es un don divino, es la capacidad de discernir y tomar decisiones, es intocable. Sin embargo la elección es el acto de ejercer el albedrío, pero si no hay opciones no hay ocasión de usar ese don.
Aunque no se puede eliminar, puede alterarse el entorno donde actúa. La estrategia para anular el albedrío son dos principalmente.
- Eliminar las opciones.
- Dirigir las elecciones.
La batalla siempre ha tenido esa estrategia, la diferencia es que ahora el mundo ya es un gran concilio, la escala es global. No ha habido un tiempo anterior donde el órdago al albedrío fuese algo coordinado, mundial y con una misma logística, no basada en espadas, sino en algoritmos y paulatinamente en la inteligencia artificial.
Por lo tanto, la situación se asemeja al concilio de los cielos porque la propuesta de Lucifer, estaba presente en todos lados desde antes de presentarla, tenia sus redes sociales dispuestas, sus campañas salvadoras, destacando el «#No se perderá ni uno» Era global, como ahora.
Es ingenuo pensar que Lucifer improvisó su plan en el mismo concilio. Ya tenía como simpatizantes a casi la mitad de los cielos y la tercera parte, la que fue expulsada, eran los fanáticos de su causa.
Ha habido una escalada entre su plan y el del Padre desde la restauración. La tecnología ha sido un input de medios para una cosa y otra.
En la primera batalla en los cielos, Lucifer planteó la salvación como una colectivización de las almas.
Cuando escuchen hablar de colectivos, tengan presente que alguien quiere reducir la realidad para poder utilizarla.
El necesitó simplificar su propuesta a 0 o 1. Todos haréis el bien 1 nadie hará el mal 0, todos os salvareis 1 nadie se perderá 0. Ese modelo matemático de existencia reduce la realidad a números, a resultados perfectamente calculables, nadie se pierde, 100% de éxito. Ese modelo es el de Babel, «hagámonos un nombre» la primera globalización alrededor de una torre de ladrillo y asfalto.
Pues bien, ahora es la primera vez en la historia que existen los medios tecnológicos para intentar modelizar al mundo, para extraer del interior de las personas sus decisiones futuras y orientarlas a 0 o 1. Y esta idea no es una fantasía, sus electrones circulan a nuestro alrededor con la intención de saber qué hay en nuestro interior.
«y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviera la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.» Apoc. 13:17
El albedrío es la mayor fuente de energía de este mundo y su control es la ambición constante del adversario.
El modelo de salvación del Padre
El modelo de salvación del Padre Celestial no es matemático, no puede obligarnos, no puede predecirnos, no busca someternos. En el plan del Padre somos impredecibles y por tanto es contrario al enfoque de este mundo que intenta matematizar la realidad y nuestra libertad, el mismo enfoque de Lucifer en los cielos.
Allí tuvieron que echarlos abajo después de una contienda aquí sería el desembarco de los cielos en la tierra, si como si los cielos quisieran poseer la gloria de su reino. Por lo tanto nos acercamos cada vez más a una coyuntura semejante a la que se produjo en la preexistencia.
Este es el enfoque para establecer esa tercera coordenada en cuanto a la segunda venida de Jesucristo. Hasta dónde puede aguantar el mundo sin que se produzca una fractura con el plan de salvación. No obstante esta coordenada, no va a proporcionar una fecha pero nos ayudará a reducir los márgenes.
El entorno operativo del recogimiento.
Nuestra Iglesia y su cometido no puede volver a las catacumbas ni siquiera puede prescindir de la electricidad. Podemos reunirnos y ser cristianos sin electricidad, pero no recoger a Israel detrás del velo, ya no.
Cualquier iglesia cristiana o religión de cualquier naturaleza puede retroceder al siglo XIX y su actividad se adaptará. Pero en nuestro caso, una de las llaves del sacerdocio en la restauración, la de Elias, necesita de un entorno político, jurídico y tecnológico concreto para llevar a cabo sus objetivos. Por eso los «días» que se mencionan en el nombre de nuestra iglesia, tienen una importancia capital para nosotros. La restauración y el recogimiento de Israel no pueden realizarse cualquier día, necesita unos muy concretos, éstos.
Trabajamos, no en la historia sino en una ventana de oportunidad en ella por eso el Señor dice.
«He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo.» (DyC 88:73)
Cuando el 6 de Octubre de 1890, Wilford Woodruff publico el manifiesto dando fin al matrimonio plural, quedó patente esta idea. El Señor planteo una pregunta para reflexionar sobre el precio de mantenerlo
«…a costa de la confiscación y la pérdida de todos los templos, y la suspensión de todas las ordenanzas que en ellos se efectúan…» (discursos sobre el manifiesto)
El recogimiento necesitaba una ley sobre la propiedad privada de su parte, porque los templos son privados no públicos. Necesitamos naciones que respeten la libertad de creencias, un estado de derecho que garantice la autonomía plena en el trabajo dentro de los templos, necesitamos la tecnología. Sin esto no puede realizarse el recogimiento de Israel ni la preparación de la segunda venida de Jesucristo. La etapa que se quemó en 1890 fue para seguir subiendo no para bajar.
Fue un movimiento estratégico del Señor para continuar con su plan. Pero si los caminos se van cerrando y la partida se reduce a dos movimientos, entonces llega el momento final.
El libro de la vida que se empezó a redactar en 1890, el que se presentará a los cielos, está en formato electrónico, no podemos volver al papel.
Este y otros detalles conforman un delicado ecosistema que la restauración necesita para seguir adelante. Si este entorno falla o peligra, las consecuencias posibles son dos. O viene la segunda venida para sellar los tiempos o viene nueva luz y conocimiento para enfrentarlos. Pero el silencio o lo estático no será la respuesta, como no lo fue en 1890.
Un voz sobre desistir del discernimiento
Sin embargo la tecnología que usamos en la restauración tiene su otra cara. Neil Postman en su libro «Tecnópolis» describe a Tecnópolis como un mundo que no usa sino que se somete a la tecnologia
«En la era de la Tecnópolis, la gente ha perdido la confianza en su propio criterio y capacidad para resolver problemas. En lugar de confiar en su propio juicio y habilidades para enfrentar los desafíos cotidianos, recurren a la justicia como la última instancia para resolver cualquier desacuerdo o conflicto. La dependencia de la tecnología y la creencia de que todos los problemas tienen una solución técnica han erosionado la confianza en la capacidad humana para tomar decisiones y resolver conflictos de manera autónoma. «.
Al contrario, Mormón nos pide algo muy diferente.
«Por tanto, os suplico, hermanos, que busquéis diligentemente en la luz de Cristo, para que podáis discernir el bien del mal; y si os aferráis a todo lo bueno, y no lo condenáis, ciertamente seréis hijos de Cristo.»
Moroni 7:19
Si va a Youtube y busca preparar un biberón, verá videos con casi 600.000 visitas. Si consulta cómo enhebrar hilo en una aguja vera muchos videos uno de ellos con 856.925 visitas. Nuestra renuncia a conservar nuestro discernimiento, incluso en esto, es un síntoma de nuestra dependencia de las voces autorizadas y no solo para un biberón o enhebrar hilo sino para entender la vida. Sin embargo el plan de salvación, resalta la autonomía personal.
«Pues he aquí, a todo hombre se da el Espíritu de Cristo para que sepa discernir el bien del mal; por tanto, os muestro la manera de juzgar…» Moroni 7:16
La excesiva especialización de Lucifer para enhebrar el hilo de la salvación sin opciones por nuestra parte ya que con su receta todos acertaríamos si o si, contrasta con el plan de Dios, que otorga a cada uno el especializarse en su propia vida y elegir el camino según su criterio.
Como vemos Lucifer propone una sola realidad para esos 856.925 y Dios propone un plan para 856.925 decisiones que pueden ser si, no o no me interesa. Empezamos a intuir que la mejor opción para anular el albedrio es reducir las opciones.
La situación que vemos en esta aurora del cambio mundial, es que la confianza personal se debilita a favor de una visión del mundo colectivizado en todo, hasta en hacer biberones. No se engañe el lector con el ejemplo.
La segunda venida de Jesucristo
En este estado probatorio, hay una constante prueba de nuestro discernimiento en miles de micro decisiones.
Padecemos en estos momentos, temo que no solo en España, una actividad sísmica contra todo lo que es justo, una culpabilización de todos los males hacia las ideas inspiradas en Cristo, parece escucharse !Adórame a mí! (Moisés 1:17)
Se comprueba en las leyes emitidas, la enorme emotividad donde se fundamentan para analizar la realidad, una ola de falso humanismo, irascible y sentencioso.
No pretendo trasladar aquí el lamento de aquellos que consideran que el pasado era un lugar mejor para vivir. Eso es imponderable, no hay un juicio confiable en ese asunto.
Lo que si afirmo es que, como santos de los últimos días, hemos de empezar a mirar intensamente los días en que vivimos porque no tienen antecedentes ni parecidos con el pasado. No somos paleontólogos, que ante un cambio evolutivo sin explicación, disponen de millones de años para buscar la respuesta. Nosotros solo disponemos del presente y no mucho futuro a mano. En el evangelio restaurado, si nos atrevemos a poner nuestro oído en él, se escucha tic tac.
A mí este hecho me ha incomodado siempre. Aunque tengo un testimonio del evangelio, mi vida ha estado más unida intelectualmente a una visión histórica sin limitaciones, que al fin de la historia con la segunda venida. Siempre he eludido este asunto por falta de datos y claridad en los sucesos.
Pero decidí que había que hacer frente a todas las consecuencias de mi fe en Cristo y la restauración y publiqué mi primer artículo sobre este asunto en Marzo de 2021
Artículo mencionado
Tomé mi asignatura pendiente, la de los «últimos días» y acepté el desafío de integrarla cabalmente en mi currículo personal. Desterré por fin esa explicación parcialmente correcta, que interpreta «últimos días» para diferenciarnos de los santos del tiempo de Cristo.
No, no es así, el significado correcto es:
Los santos de los últimos días preparan la segunda venida del Salvador a la tierra.
Gracias a ti Miguel. Este tema nos ocupara en adelante porque hay mucho que estudiar y reflexionar. En este articulo he intentado cambiar el enfoque para verlo desde una perspectiva más espacial.
Muchas gracias David por este nuevo artículo, ahora ya puedo entender mejor las enseñanzas del Salvador sobre reconocer los tiempos, la primavera, los brotes de la higuera etc.