lunes, septiembre 25, 2023
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La prueba de fe en los mormones

Recientemente mi amigo Antonio Roldan me envió una encuesta realizada con una muestra de 3000 miembros de la iglesia, la mayoría de EEUU, que se han inactivado o perdido la fe por distintos motivos. No es mi intención hacer un comentario detallado de esta encuesta, pero sí reflexionar sobre La prueba de fe en los mormones.
Las razones aducidas y que están en alza son estas.

He de reconocer que algunas de estas cuestiones siguen siendo causa de mucha reflexión para mí y otras son viejas conocidas con la que tengo una buena amistad. Trabajo en algunas de ellas para futuros artículos. Ahora, quiero presentarles las que yo traté siendo joven en la iglesia. Cada época tienes sus afanes.

Los años de la transición

La prueba de la fe en los mormones
Año 1977

En aquel año de 1977, a pesar de mi juventud, la fachada que yo enfrentaba era la política. La relación de las autoridades de la iglesia en Chile con la dictadura de Pinochet me causaba grandes trastornos. Una relación correcta que granjeo el reconocimiento  hacia la iglesia y concretamente hacia el Pte. Kimball.
Yo percibía todo eso como una aceptación de nuestra parte hacia un golpista cruel y despótico. Un olvido de la destrucción de una democracia, encabezada por Salvador Allende. Estuve a punto de abandonar la iglesia. Mis anteriores amigos, bien informados, sacaban brillo a sus argumentos cual espadas y hacían de la iglesia un brazo de la CIA. La verdad es que, el asunto de la CIA nunca lo entendí, me parecía de lo más extravagante.

Superé este incidente bastante magullado. No entendía bien los por qués. Solo sabia que en el evangelio había un brillo desde el Norte que me atraía como a una polilla.

Después de esto, llegó a mis manos unas declaraciones en un manual acerca del comunismo. Una autoridad general lo declaraba como malvado y cercano a Satanás. Otra vuelta de tuerca en mis principios socialistas e igualitarios, estaba escandalizado. ¿Cómo era posible? todos los beneficios de la clase obrera habían sido conseguido en la lucha de clases. Quizás ahora no se entienda, pero yo notaba un bramido (Moisés 1:19) que hacía temblar la tierra bajo mis pies.

Las teorías y movimientos

Mientras, la teoría de la evolución, orbitaba como un satélite sobre mi cabeza. Eclipsaba mi fe puntualmente.  Realizaba una órbita diaria sobre mis nuevas creencias y provocaba mareas y reflujos que inundaban mi seguridad costera.
Y no tenía respuestas ni defensa alguna. Estaba solo. No había nadie ni nada para sostenerme. Solo un brillo en el Norte.

La prueba de la fe en los mormones
Hatha Yoga

Practicaba Yoga en el instituto de Yoga GFU en la calle Trajano de Sevilla, en la disciplina Hatha Yoga. Pero la vertiente doctrinal era distinta, al evangelio. Era un camino seductor porque usaba el cuerpo como elemento de aprendizaje. Los beneficios y algunas experiencias cuasi espirituales, me llevaron a una disyuntiva. Fue duro, decidir. Para seguir practicando desplacé la filosofía al margen de la disciplina. No era nada fácil sustraerme al componente espiritual que la práctica diaria llevaba implícito, porque su filosofía era coincidente con la práctica.

Ahora después de muchos años, compruebo que los relatos de las cosas se asientan con el tiempo, cuando el polvo baja y deja ver mejor la escena. Vemos que todo es más complicado que el resumen instantáneo que dan las emociones. No voy a describir las luchas que he tenido. Usted, estimado lector, tendrá las suyas. Solo decir que siempre he sido inquieto y curioso. Nunca he vuelto la cara cuando algo no me encajaba.

Si alguien en la actualidad enfrenta alguna crisis de fe, sepa que todos hemos pasado por eso.

La oposición en todas las cosas

La prueba de fe la en los mormones
Tenia una puerta trasera para escapar

Pruebas y acusaciones contra la iglesia y el evangelio siempre habrá. En mi época unas, ahora otras. Nunca vamos a tener un edificio grande y espacioso para habitar. Nuestra fe nunca estará trabada con cemento a los hechos. Solo los convenios pueden estarlo. Por eso, la naturaleza de nuestra doctrina y convenios, siempre nos hará depender del fruto del árbol de la vida, no del árbol del conocimiento.

Cuando estudiaba a menudo mis compañeros me preguntaban:  «y las planchas de oro…¿dónde están?» Era un pregunta compacta. Tenía una puerta trasera para escapar de esa pregunta. Pero al salir por ella, me esperaban sonrientes con la misma cuestión. ¡Qué habría dado por un daguerrotipo de las planchas! por la conservación de una sola de sus hojas. Por un calco en papel carbón de su relieve. En definitiva, porque un cuarto testigo hubiese sido el presidente de los Estados Unidos.

Pero el Señor trazó su plan en el interior del círculo de la fe y del testimonio, no de la prueba ni la evidencia.

Mostrando las planchas

Hace unos años dí una clase en la escuela dominical sobre los testigos del Libro de Mormón. Traje las planchas de oro tapadas con un lienzo de tela (era el mantel de la santa cena, por favor no lo comenten) Puse las planchas en la mesa (eran unos himnarios apilados, eso pueden contarlo). Durante la clase analizamos las consecuencias del conocimiento, de la responsabilidad que apareja ante Dios. La seguridad de que muchos abandonarían aun tocando sus hojas y viendo su brillo. Nos dimos cuenta que su brillo sería una evidencia contra el alma de muchos. Realmente la fe es un descargo pues «falso e inconstante es el corazón de los hijos de los hombres» (Helamán 12:1)
Al final de la clase, invité a que alguien levantara el manto y ver las planchas.
Nadie lo hizo…afortunadamente.

La fe y las certezas.

Nosotros los mormones siempre decimos que sé esto y que sé lo otro. Somos tajantes, muchos solo tenemos certezas. Yo también lo digo porque sé algunas cosas. No hablaré de ellas aquí. Creo que estamos al borde de decir ¡No necesito la fe! . Pero, en mi caso,  lo que sé no supera a lo que creo. No consigo desprenderme de la fe, esa atrasada y antigua palabra. El aliento de mis certezas no me alcanza para terminar la carrera. Debo acudir a ese segundo motor que es la fe. Los santos somos híbridos.

La prueba de la fe en los mormones
Naturaleza oscura de la fe

Como vimos en anteriores artículos, la materia oscura es el espinazo del Universo. No la vemos, ni la tocamos ni sabemos qué es. Pero sí sabemos que sin ella no habría estrellas ni planetas ni existiría la vida. Sin esa materia misteriosas no estaríamos aquí. En torno a ella se arraciman las galaxias como los pámpanos en la vid (Juan 15:5). Todo lo que vemos y tocamos lo debemos a lo que no vemos ni podemos palpar.

Asimismo la fe es la materia oscura del mundo, siempre se criticará a ese espinazo, pero sin ella no habría nada humano digno de ser llamado tal. La historia de la humanidad se arracima en torno a ella igual que las galaxias se amamantan en las líneas de materia oscura. Si nos desprendemos de la fe, caeremos de la historia como uvas podridas.

No podemos sostener el arca de la alianza y pensar como los de Canaán.

Los caballos de faraón.

La prueba de la fe en los mormones
los alcanzaron acampados junto al mar

En Éxodo vemos una situación extrema para Israel. «los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar» (Éxodo 14:9) Los israelitas, atrapados entre el mar y Faraón sintieron retumbar la tierra bajo los cascos de los caballos. Yo he sentido el ruido provocado por tres en una rambla. No imagino el terror si enfrentas una carga de cientos de ellos que van contra tí.
Por eso entiendo a los que decían «¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?» (11).

Usted y yo, estimado lector, conocemos esa sensación de ser amenazados por los cascos de esos caballos de muchas formas. Es difícil recordar los milagros pasados, cuando el suelo retumba bajo nuestros pies. Cuando la certeza grita y  el susurro de la fe se muestra difícil de seguir. No obstante, escuchamos. «No temáis; estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros…» (13) pero la situación nos demanda huir. Y entonces viene el consejo de Moisés «Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis quietos.» (14). Ahora el Señor nos dice «quedaos tranquilos y sabed que yo soy Dios.» (DyC 101:16)

Levantar nuestra vara ante el mar, requiere una fe y una  acción más potente que el rodar de 500 carros de guerra. Confiar en Dios ante el impacto del mundo, su razón, sus evidencias y su estruendo nos coloca en la misma tesitura. Pero el mar se abre a cada paso que damos por la fe.

 

Un ejemplo de la pérdida de fe.

Siempre estaremos dentro del círculo de la fe, no de las evidencias. Cualquier intento de apoyarnos sólo en las pruebas nos sacará de ese círculo. Abandonar la fe trae consecuencias.

Plantearé una situación actual.
Algunos incrédulos sean o no religiosos,  señalan con gran acierto que las iglesias en Europa están vacías.  También yo señalo cosas, que en las salas de maternidad cada vez hay menos nacimientos. La asistencia a la vida en Europa, al igual que en las iglesias, baja paulatinamente. En nuestro entorno y en la mayoría de países desarrollados europeos las cifras de natalidad bajan en la medida que baja la fe. Los motivos no son  económicos como se nos repite una y otra vez. Sino por algo invisible.

La prueba de la fe en los mormones
Tasas de nacimiento. Pulsar para aumentar

Tener familias es tener fe, porque todo en ella mira el futuro ajeno, el de los hijos. La familia identifica la esperanza con las personas y no sólo con el progreso. La familia requiere compromisos a largo plazo. Pero fe y esperanza, palabras invisibles e impalpables, se pronuncian cada vez menos. Sin embargo nos inunda un vocabulario cuajado de certeza, seguridad y su cohorte de sinónimos. Éstas palabras son de corto alcance pero con gran poder de atracción.

Crear familias incluye incertidumbre en el éxito e inseguridad para el futuro. Es semejante a estar ante el velo. Por eso la familia se ampara al pronunciar fe y esperanza.
Incluye también transmitir además de nuestros genes, la memoria, creencias y valores. Pero si nuestra memoria cada vez es más corta y con menos familia dentro. Las creencias menguantes y valores los extraídos de la estadística, el nuevo oráculo. ¿Por qué tener familias? En consecuencia, hay que escoger entre el modelo familiar del árbol o el individual del edificio

Movimiento parabólico del egoísmo

La mayoría de países europeos ricos incentivan en gran manera la natalidad, pero aun así, sigue bajando.
Mientras ocurre esto, a la larga, la soledad atenaza el destino de millones. El impulso desde lo invisible tropieza con el auge del visible interés personal.
El olvido de lo eterno a favor de lo temporal, inspira a tener en las relaciones una fecha de caducidad. El futuro ya no depende de las nubes y la lluvia, sino de factores inescrutables para la mayoría. Nadie sabe qué ocurrirá en unos meses.
Al carecer de fe y esperanza el viaje de nuestro interés, traza una corta parábola que termina en uno mismo. Vencer la fuerza gravitatoria del egoísmo requiere un combustible mas poderoso que el interés personal.

La prueba de la fe en los mormones

La fe es una sacudida al sentido común, como la materia oscura lo es para la cosmología. Pero sin ellas dos no es posible la vida.

La prueba de la fe en los mormones
Como un grano de mostaza

Por eso, el método científico no puede gobernar cada aspecto de nuestra vida, porque somos parte de la materia oscura del mundo. Pertenecemos a lo invisible y ello nos lleva a buscar a Dios partiendo desde el cerro de Onida. Cuando renunciamos a creer en lo que no vemos, nos apartamos del espinazo del Universo, de donde penden las galaxias como racimos. Nos quedamos con el 3% de lo que existe.

Esa pobreza invisible nos hace andar como pedigüeños, sin fe, pobres de esperanza y solitarios.

Agradezco como adulto a ese muchacho de mi juventud. Inmaduro, sin argumentos, ridículo con frecuencia. Con una voz algo estentórea.  Con una timidez oculta en lo jovial. Agradezco que haya soportado todas esas turbulencias hasta llegar cerca del árbol.
Lo suficiente para ver a una anciano profeta preocupado por la seguridad de los suyos bajo un régimen feroz. Comprender a una autoridad general que se quedó muy corto al juzgar como maligna a una ideología perversa. A poder conllevar las pruebas de la evolución sin tenerlas por evidencias. Conllevarla junto a la fe y el testimonio, sabiendo que todo conocimiento está emparentado. Que la enemistad entre ellos es pura ilusión.
Agradecido por lo que aprendí del Hatha Yoga, conservando la decisión de volver a una disciplina que tanto me ayudó.

El suave susurro desde dentro

La prueba de la fe en los mormones
José Smith

La fe en Dios, o en la inmortalidad del alma «no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser.» (DyC 93:29) La fe es «independiente para obrar por sí misma en aquella esfera en que Dios la ha colocado» (30) y por lo tanto, para nosotros, «esto constituye el albedrío del hombre y la condenación del hombre; porque claramente les es manifestado…» (31) Ese susurro, que puede ser apagado por los bramidos del mundo, proviene del pabellón oculto.
Hay una cuidadosa y delicada gestión de la salida a luz del Libro de Mormón y las ordenanzas desde ese pabellón. Muestran la iniciativa de un reino que demanda el uso de un solo grano de su sustancia. Sin ella no podríamos decir a la montaña de nuestra dispensación «Pásate de aquí allá»

La tensegridad del evangelio, requiere de la confianza en la debilidad de sus evidencias. No nos manejamos por ellas, estamos ante el velo del mundo reconociendo nuestra incertidumbre. Es desde ahí, desde Onida, de donde parte el puente hacia la vid verdadera.

 «…no dudéis; no temáis.» (DyC 6:36)

 

«Próximo artículo»

La restauraciónEn «La restauración y su despliegue» vemos cómo la iglesia despliega el evangelio sobre el mundo donde vive. Y lo hace sobre su orografía. Por eso aún cuando el evangelio es eterno, su aspecto fluctúa entre el llano y las escarpaduras de los siglos.

«Proyecto La restauración y su despliegue»

(1) Las magnitudes del evangelio y los santos
(2) Creer más en la iglesia que en Dios
(3) La prueba de fe en los mormones
(4) La restauración y su despliegue inesperado
(5) La casa de Israel y su poder

 

12 COMENTARIOS

  1. Siempre supe que Dios ,Jesucristo y espiritu santo existian mediante una fé ciega hoy dia se con un conosimiento perfecto que la restaurasion del evangelio se efectuo por medio de un profeta llamado JoséSmth en el año 1.830 y me siento previligiado por saberlo y esforsarme por vivirlo

  2. Mmmmm Interesante. Estamos viviendo momentos historicos, viendo con nuestros ojos como las profesias se cumplen. Pero la gente no quiere abrir sus ojos y ver lo que sucede. Todos prefieren ser esclavos de la pantalla del smart phone, mientras el diablo y sus seguidores siguen destruyendo la sociedad y la familia. Son los ultimos dias sin duda alguna.

    • Creo igual que tú qué vivimos momentos históricos. No solo en el evangelio, sino todo en general. Un motivo más para aferrarse a la barra y observar lo interesante de nuestro tiempo.
      Gracias Klaus por visitar teancum

  3. ¡Muchas gracias, hermano Moraza! Me ha encantado.

    Tenemos sin duda la ventaja del conocimiento pero la prueba de nuestra fe en este Evangelio y su veracidad arranca con las planchas y la Primera Visión. Esos hechos requieren fe y primeramente el deseo de creer.

    De las grandes verdades brotan multitud de apéndices inescrutables por lo variados y profundos. La fe en Dios, el Padre y Jesucristo no tiene otro garante más que el susurro del Espíritu Santo y la paz que otorga. Ese es el lenguaje propio de la fe.

    Recuerdo perfectamente esa clase que refiere sobre las planchas y la responsabilidad que pesaba sobre un joven José Smith, profeta de Dios. Yo era un converso reciente y me ayudó a seguir en el camino por la fe desde mi pequeño testimonio.

    Al marcharse alguno destapó discretamente el paño y vio los himnarios… Ahora pienso: ¿De verdad que es necesario ver para creer/saber?

    Comparto, especialmente con alguien que siento necesita este mensaje con reflexión.

    ¡Un abrazo enorme!

    • Yo pensé que nadie levantó el paño. 🙂 Bueno me alegra que te acuerdes. La primera visión y el Libro de Mormón, como bien dices, son hechos muy poderosos. No son opinables o pasó o no pasó. Gracias por tu comentario,

  4. Gracias Modesto por tu comentario. Es verdad, no hay que temer esos momentos. El Salvador nunca lo fue tanto como cuando se dio cuenta del tamaño del desafío. Entonces, cuando deseo no tomar la copa, es cuando estuvo en el fondo. En nuestro pequeño huerto tenemos de esos momentos a veces.
    Gracias por visitar teancum.

  5. Como decia el Elder Neil
    Andersen: “ No lo sabes todo, ¡pero sabes lo suficiente!. A veces el mantenernos a flote, requiere hundirnos debajo de la ola, para que esta no nos arrastre y nos venza, tenemos que ir a la raiz de nuestro testimonio, perseverar en la obediencia, base segura donde se edifica y tarde o temprano aparece la solución, la paz prevalecera y el vacío se llenara.
    Muchas gracias David por compartir tan elocuente y a la vez tan llanamente tus exposiciones defendiendo por su puesto la verdad y el principio de fe activa en un Dios Eterno.

  6. Buen artículo, la fe ante los ojos humanos es abstracta, esquiva, sensible, silenciosa…a veces nos acompaña aunque no la sintamos, pero siempre esta ahi, paciente, tendiendonos sus manos y susurrandonos verdades incomprensibles.
    Gracias por tu tiempo y tu dedicación.

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