Las escrituras son como espejos de un telescopio, mirando en ellas capturamos más luz para comprender El giro eterno en el plan de salvación
Todos los que leen en teáncum desde hace años, saben que uno de mis propósitos es desarrollar una cosmología del Evangelio. El giro eterno en el plan de salvación es un movimiento avanzado en las escrituras que me causa mucho asombro.
A través de este tiempo he acumulado ideas y puntos de vista sobre este asunto. Todo el material disperso en este área, será condensado en un intento de formular una teoría sobre una Cosmología del Evangelio
Antes de entrar de lleno en esta revelación de DyC, es necesario entender cómo llegamos a plantearnos estas cuestiones. Porque todo tiene un camino que es tan importante como la llegada al lugar de destino.
Hipótesis, teoría y teorema.
- Una hipótesis es una idea que se basa en evidencias que indican su veracidad sin embargo no es posible asegurarla ya que no ha sido comprobada.
- Una teoría es un conjunto organizado de hipótesis que explican un fenómeno, deducidas a partir de la observación, la experiencia o el razonamiento lógico.
- Un teorema es una proposición matemática a partir proposiciones ya demostradas. Un teorema es algo irrefutable.
Lógicamente no aspiro a escribir un «Teorema Cosmológico del Evangelio» solo el título lo haría imposible en un contexto religioso. Pero aspiro a presentar un conjunto de ideas e hipótesis organizadas que concuerden con las escrituras y lo que sabemos de la naturaleza. Si son merecedoras de ser consideradas como teoría sería un logro para mí. Solo el lector tendrá la palabra.
Sin embargo a medida que estas ideas se van agrupando, he visto con deleite una simetría entre las escrituras y la ciencia. Una armonía que me libra en cierta medida de incertidumbres y me trae mucho gozo.
Para su seguridad y la mía, teáncum no es un lugar de doctrina sino de observación, de señalar direcciones, de fomento del estudio y la oración. No busco seguidores, para mí sería una carga insoportable, sino estimular la gimnasia del estudio y meditación en la maravilla restaurada. En esa colosal restauración de conocimiento que recibimos del Señor.
Hoy haremos un intento de encaje entre el plan de salvación y la naturaleza del tiempo y el espacio donde se desarrolla dicho plan. Lo haremos estudiando en las escrituras donde hablan sobre el giro eterno en el plan de salvación.
Analicé esta cuestión en Julio de 2019 con bastante difusión, más de 16.000 visitas, casi la mitad de EEUU, desde entonces he realizado aportaciones nuevas.
La poderosa capa subyacente.
Como miembros de una cultura judeo cristiana, todos tenemos un sustrato común en el cristianismo anterior a la restauración. En éste, todo misterio no alcanzado por la razón o la fe se adjudica a la divinidad, desde el origen de la materia al de la inteligencia, desde el espacio al tiempo. Cualquier contradicción o salida de tono correspondía a una deserción de la fe.
La falta de resolución en la comprensión del mundo y sus detalles durante la apostasía, es semejante a la observación de estrellas binarias. Son estrellas que giran una alrededor de otra, pero los medios de observación antiguos solo podían ver una estrella, cuando en realidad eran dos. Distinguir su dualidad requirió de nuevos telescopios con mayor poder de resolución. El resultado de esa mejora no fue contradecir la idea anterior de estrella sino aumentar en su conocimiento. Por eso la restauración extiende su influencia a…
«…cosas tanto en el cielo como en la tierra, y debajo de la tierra; cosas que han sido, que son y que pronto han de acontecer; cosas que existen
en el país, cosas que existen en el extranjero; las guerras y perplejidades de las naciones, y los juicios que se ciernen sobre el país; y también el conocimiento de los países y de los reinos…» (DyC 88:79)
Estrellas nuevas
La profunda capa subyacente de la apostasía conserva todavía en nosotros una aprensión a tratar con asuntos que consideramos misterios. Detectar o resolver en el Evangelio las nuevas «estrellas que orbitan» alrededor de conceptos tradicionales, es posible gracias al poder de las nuevas escrituras entregadas en la restauración. Nuestra resolución, la capacidad de distinguir nuevos objetos en el firmamento del evangelio, ha aumentado de forma increíble.
En teáncum nos dedicamos a ello entre otras tareas. Miramos por nuestro «Urim y Tumin» y realmente es una nueva visión emparentada con lo familiar pero aumentada y maravillosa.
El tiempo y espacio en el plan de salvación
En las nuevas escrituras podemos encontrar palabras como tiempo, espacio, giro eterno, vía recta, sin fin, mundos, expansión…Todas ellas operan en el entorno del evangelio y su plan de salvación. No obstante hago una observación en cuanto a ellas
«He aquí, soy Dios, y lo he declarado; estos mandamientos son míos, y se dieron a mis siervos en su debilidad, según su manera de hablar, para que alcanzasen entendimiento» (DyC 1:24)
Estas nuevas palabras estaban comprimidas antes de la restauración en las escrituras, estaban plegadas en los textos bíblicos. En el presente, el lenguaje de los santos y su manera de hablar es más amplia que la del pasado. El Señor en su sabiduría ha desplegado las antiguas palabras en otras que aumentan nuestro entendimiento.
El despliegue, por ejemplo, de la palabra giro eterno, provoca una cascada de nuevos significados, que creo, podemos empezar a descubrirlo durante la lectura de hoy.
Meditando en lo singular
Este ejemplo que pongo a continuación refleja perfectamente el trabajo llevado a cabo en Teáncum desde su inicio en Octubre de 2015.
Martin Bojowald en su libro «Antes del Big Bang» propone un ejemplo de lo que es una singularidad.
El comportamiento del agua que circula por una cañería, puede describirse con las leyes de la mecánica de fluidos. Es fácil calcular cuánta agua circula por segundo a tal presión y con tal sección de tubería. Sin embargo cuando llegamos a un grifo que gotea, esas leyes no sirven, porque una gota de agua es totalmente diferente a una corriente continua de agua en una cañería. Es necesario acudir al átomo, la composición de las moléculas de agua, a la gravedad, la tensión superficial…porque una gota de agua es singular, necesita unas leyes diferentes para comprender su comportamiento.
En la restauración, la doctrina no se comporta de la manera clásica que conocimos en el pasado, las nuevas palabras y conceptos son singularidades que gotean de las nuevas escrituras para cada persona que quiera beber. El Señor desea que profundicemos en la naturaleza de sus palabras y no solo en su significado general.
Antes de la restauración, no era posible estudiar con seguridad lo singular porque no existían fundamentos doctrinales para hacerlo. Ahora él nos habla con la potencia del espíritu y la revelación para que entendamos.
Eso requiere un esfuerzo imaginativo de nuestra parte, que no degenere en fantasioso y nada mejor para eso que el sentido común que transmite la barra de hierro.
Algunas gotas singulares
Antes de entrar en el estudio sobre el giro eterno en el plan de salvación, veamos un ejemplo de escrituras con connotaciones cosmológicas que solo encontramos en las escrituras de la restauración.
Espacio
Por ejemplo la palabra «espacio» aparece en Abraham 3:24
«Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales y haremos una tierra sobre la cual estos puedan morar» (Abraham 3:24)
Nos sugiere un lugar concreto desde donde descienden a un espacio extenso sin organizar. A partir de materiales, en mi opinión un embrión planetario, comienza la creación de la tierra. Esta escritura es una gota singular para que, usando «[nuestra] manera de hablar, [alcancemos] entendimiento» (24) Es una escritura que transmite movimiento, volumen, un espacio donde se desarrolla la creación y donde menciona elementos primigenios. El Génesis en la Biblia carece de volumen, es lineal ya que se entrega a una cultura carente de un concepto de profundidad espacial (egipcios), para ellos el cielo es un espejo.
«¿Extendiste tú con él los cielos, firmes como un espejo de metal fundido?» (Job 37:18)
Por lo tanto escudriñando detenidamente Abraham 3, surgen múltiples ideas de la naturaleza de Dios y su relación con la creación. Enlazar ese caudal de ideas con el plan de salvación es fácil cuando nos familiarizamos con las escrituras.
Espacio en DyC
En DyC 88 «espacio» aparece cinco veces y se refiere al concepto cosmológico de la palabra, único en todas las escrituras. Esa gota de conocimiento que se desprende de esta palabra en la sección 88 es de tal riqueza que merece un desarrollo futuro en teáncum.
«La luz que brilla, que os alumbra, viene por medio de aquel que ilumina vuestros ojos, y es la misma luz que vivifica vuestro entendimiento,
la cual procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio» (DyC 88:11-12)
La combinación de brillo, luz, procede, inmensidad y espacio es de un poder evocador increíble si conocemos algo del Universo. Son propiedades del espacio tiempo que las escrituras transforman en espiritualidad, dando al conocimiento secular una dimensión nueva. No me extenderé en este aspecto ahora, pero invito al lector a consultar la sección cosmología del evangelio donde hay bastante desarrollo de esta idea
» …El mismo que contempló la vasta expansión de la eternidad y todas las huestes seráficas del cielo antes que el mundo fuese hecho» (DyC 38:1)
No hay nada igual…qué puedo decir? El Señor une espacio (expansión) y eternidad (tiempo) Hubo que esperar hasta 1915 para que Einstein publicara la teoría de la relatividad general introduciendo el concepto de espacio-tiempo y la gravedad. De forma poética el Señor nos introduce en la importancia de ese tejido de la realidad que ahora veremos desarrollarse en las escrituras.
¿Por qué habla así? …porque nos estimula a pensar y meditar en sus misterios escondidos. ¿Cómo no pararse ante su lenguaje?
«…escucha mi palabra que es viva y poderosa, más cortante que una espada de dos filos, que penetra hasta partir las coyunturas y los tuétanos» (DyC 12:2)
El giro eterno en el plan de salvación
«Su vía es un giro eterno» (DyC 3:2) Esta expresión solo se encuentra en el Libro de Mormón y en Doctrina y Convenios, por lo tanto es un despliegue exclusivo del lenguaje de la restauración. Las escrituras modernas son como espejos desplegados. A semejanza de los espejos del observatorio James Web, amplian nuestra mente para capturar más luz y verdad «la cual procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio» (DyC 88:12) y así hallar «sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos» (DyC 89:19)
En está época donde la órbita de su obra se acerca al punto de encuentro, los santos necesitan desplegar las escrituras y comprender los acontecimientos futuros y no por sombra sino con plenitud de conocimiento.
Una retrospectiva
Antes de estudiar con más detalle lo anterior, veamos el plan de salvación que existía en el cristianismo antes de la restauración.
Por resumirlo es muy simple. Nacemos sin pasado con un alma inmortal, morimos y según nuestras obras resucitamos para ir al cielo o al infierno.
Es un movimiento lineal y uniforme. Tanto la existencia del alma como su tiempo y movimiento parten de cero y terminan en una gloria estacionaria, sin movimientos declarados, es decir, una gloria indefinida sin un trazado claro.
Decir que el alma nace de cero en su nacimiento en esta tierra, pone en cuestión su condición eterna. Nada nace de la nada ya que la condición necesaria para ser eterna, es la que cumple la inteligencia «…la inteligencia, o sea, la luz de verdad, no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser.» (DyC 93:29) por eso es eterna. Por lo tanto en la restauración somos hijos de Dios pero no sus criaturas, siempre hemos existido.
Leemos en Abraham acerca de los espíritus
«…no tienen principio; existieron antes, no tendrán fin, existirán después, porque son gnolaum o eternos.» (Abraham 3:18)
La ley de conservación de la energía nos dice que «La energía no se crea ni se destruye sino que se transforma» también podemos decirlo de la inteligencia, esta ley coincide plenamente con las escrituras anteriores.
Está es una doctrina básica en la restauración «…la inteligencia [es] el elemento espiritual que existía antes de que fuéramos engendrados como hijos espirituales.» (Guía de las escrituras) No nacemos de la nada porque el vacío no existe. Nos transformamos, al ser engendrados de la inteligencia pura para ser hijos de Dios, a semejanza de nuestros hijos en la tierra.
El plan lineal, de una sola dimensión anterior es incapaz de representar este conocimiento.
Un giro eterno
Para representar de forma aproximada el plan de Dios, necesitamos una geometría superior.
«Porque Dios no anda por vías torcidas, ni se vuelve a la derecha ni a la izquierda, ni se aparta de lo que ha dicho; por tanto, sus sendas son rectas y su vía es un giro eterno.» (DyC 3:2)
La primera parte del versículo descarta los movimientos aleatorios de la humanidad, aquellos sin fineza de trazado. Si en el viaje de Jared, solo vemos el transporte de peces en vasijas (Éter 2:2), entonces solo percibimos vías torcidas, una línea desconectada del amplio trazado de su plan; de ahí la desesperación de Lamán y Lemuel en el viaje de Lehi.
Por eso a veces oímos «si Dios existe por qué permite tal cosa…» confesando así involuntariamente, el desconocimiento de la amplia geometría de su plan, fácilmente visible en un escenario tan despejado como un desierto.
Si el plan de Dios fuese solo el giro eterno representado en la imagen B, tendríamos algo semejante al anterior esquema A pero curvado. El tiempo, del esquema B, las flechas rojas, no forma parte del espacio sino que el tiempo es el escenario donde ocurren los sucesos, no es la expansión de la eternidad de la que habla el Salvador, algo dinámico. Nefi nos aclara algo sobre esto.
«…y lo mismo en tiempos pasados como en los venideros; por tanto, la vía del Señor es un giro eterno.» (1 Nefi 10:19)
Al decir «lo mismo en tiempos pasados como en los venideros» hemos de sumar el tiempo que Nefi añade a ese giro, pero como el eje del movimiento y eso nos da una imagen más compleja pero más reveladora. Con ese movimiento en el tiempo es posible la existencia y el arrepentimiento
«…vemos que le fue concedido al hombre un tiempo para que se arrepintiera; sí, un tiempo de probación, un tiempo para arrepentirse y servir a Dios.» (Alma 42:4)
No solo un tiempo sino un espacio para hacerlo. Satanas aunque tiene espacio, no puede arrepentirse porque carece de tiempo para ello. En su espacio existe » el fin, la anchura, la altura, la profundidad» pero no hay tiempo, en su lugar está «la miseria de ello» (DyC 76:48)
Un giro eterno en el tiempo
Las tres dimesiones de nuestro espacio no serían posibles sin el tiempo, es un concepto de la relatividad. No son independientes sino un solo tejido, por eso el Señor habla de «expansión de la eternidad»
Cada uno de estos tres giros eternos representados no se cierra en sí mismo, el tiempo tira de ellos y los abre al futuro, por eso a Adán «se le concedio un tiempo». Los esquemas A y B no son eternos, pero si desarrollamos espacialmente las nuevas escrituras encontramos eternidad. He representado en el primer giro las siete dispensaciones del evangelio en la tierra, siendo la séptima la actual. Los giros 2 y 3 representan la obra de Dios en las humanidades de otros mundos.
A pequeña escala, la tendencia de cualquier cuerpo en movimiento es a ir en línea recta, para variar su dirección hay que aplicar una fuerza. En este caso su senda es recta (T), asociada con el tiempo del Señor pero su vía o trayectoria es curvada. Esa curvatura entraña un fuerza divina permanente que diseña el espacio donde se desarrollan los hechos humanos. Su intervención es como la gravedad, no se ve pero está presente en todo.
Sin embargo, nuestra impresión, es que la humanidad camina hacia delante, ajena a la curvatura divina, cabalgando en el tiempo hacia el futuro, alejándose de los planes divinos. Sumamos etapas históricas que no cierran ningún giro.
Pero es una ilusión, no existe tal movimiento en el Universo, todo es curvo porque la estructura del espacio-tiempo no permite los movimientos puramente rectos. Toda la naturaleza es un giro, la vida, los ecosistemas, las estaciones, las órbitas de los astros, incluso nuestra psique.
La gravedad de su presencia
La gravedad lo curva todo, la gravedad es uno de los puntos comunes entre el reino de los cielos y nuestro mundo. La fuerza que provoca este giro eterno tiene en su centro la influencia atractiva de Dios tal como se expresa en Abraham
«Estas son las que rigen; y el nombre de la mayor es Kólob, porque está cerca de mí, pues yo soy el Señor tu Dios; a esta la he puesto para regir a todas las que pertenecen al mismo orden que esa sobre la cual estás.» (Abraham 3:4)
Todo se lleva a cabo con la influencia «gravitatoria» de su presencia en los cielos desde el principio. A través de sus palabras «Yo habito en medio de todos ellos» (21) o cuando dice «y vio Dios que estas almas eran buenas, y estaba en medio de ellas» (23) notamos ese punto central de nuestro giro a su alrededor.
Incluso en el campamento de Israel podemos ver esta disposición
«Los hijos de Israel acamparán, cada uno junto a su bandera, según las insignias de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán.» (Núm 2;2)
Propiedades del giro eterno
Lo mismo que una partícula cargada emite radiación cuando gira en un campo magnético, el giro eterno de sus obras radia la gloria de Dios a la inmensidad del espacio.
Vemos esa gloria en otro giro en la naturaleza de especial simetría con el giro eterno de su plan, es la molécula de ADN.
El ADN tiene una forma de doble hélice, como una escalera de caracol donde los lados son cadenas de azúcares y fosfatos conectadas por “escalones”, que son las bases nitrogenadas, el sentido de su giro es hacia la derecha. Su funcion es almacenar la información de los seres vivos. Se agrupan en cromosomas, que son contenedores de moleculas de ADN situados en el núcleo de la célula.
Cuando se produce la división celular cada molécula de ADN se divide, formándose dos nuevas moléculas con la misma información anterior. De esta forma la identidad el ser vivo continúa en el tiempo.
Este diseño en espiral es una reproducción del giro eterno de sus obras en un reino menor, por eso…
«He aquí, todos estos son reinos, y el hombre que ha visto a cualquiera o al menor de ellos, ha visto a Dios obrando en su majestad y poder.» (DyC 88:47)
En el caso del giro eterno en la obra de Dios, encontramos el mismo modelo de hélice que existe en el menor de sus reinos.
En la sección 132 de Doctrina y convenios leemos.
«Entonces serán dioses, porque no tendrán fin; por consiguiente, existirán de eternidad en eternidad, porque continuarán» (20)
Se puede comprender ahora este versículo con un matiz más profundo. El poder que tiene el ADN en su giro, es también el de hacernos «continuar« en esta vida, transmitiendo nuestra carga genética a la siguiente generación. De la misma forma que los giros eternos de su obra, [Llevan] a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre. (Moisés 1:39)
Por lo tanto la obra del templo, continúa las obras del ADN, llevándolas a un reino mayor. Las llaves de Elias continúan tejiendo la herencia más allá del velo. De ahi la importancia de la Genealogia, las llaves de Elias y sus ordenanzas están directamente relacionadas con éste giro de información genética de nuestro cuerpo.
Esa doble hélice en el evangelio podemos verla en Abraham.
«…y en ti (es decir, en tu sacerdocio) y en tu descendencia (es decir, tu sacerdocio), pues te prometo que en ti continuará este derecho, y en tu descendencia después de ti (es decir, la descendencia literal, o sea, la descendencia corporal) serán bendecidas todas las familias de la tierra, sí, con las bendiciones del evangelio, que son las bendiciones de salvación, sí, de vida eterna.»(Abraham 2:11)
Está hablando de dos descendencias la del sacerdocio y la corporal. Ambas componen el tejido de la sociedad de los cielos y ambas giran entrelazadas.
Esta doble hélice, reconstruida palmo a palmo con las llaves de Elias, asi como lo hacen las enzimas en la duplicación del ADN, son las que millones de santos usan para replicar en las ordenanzas del templo lo que la descendencia literal recibe de la herencia. Lado a lado en sentido dextogiro (¡)
Es sorprendente ver la simetría de sus reinos del menor al mayor.
Así como los cromosomas, empaquetan y cuidan la supervivencia del ADN en un entrono nutritivo y protegido, la familia hace igual con los individuos, conservando y transmitiendo sus cualidades hacia el futuro.
Un nudo de poder
Veamos ahora gráficamente la división que se produce al finalizar un giro eterno en esa hélice inmensa en el giro del plan de salvación.
Al finalizar este primer giro eterno en la exaltación, más allá del cumplimiento de los tiempos, viene la eclosión de vida, habrá una división.
«Todos los tronos y dominios, principados y potestades, serán revelados y señalados a todos los que valientemente hayan perseverado en el evangelio de Jesucristo.» (DyC 121:29)
Es una expansión en el espacio, no solo de honra y gloria sino dominio en el espacio, poder para decir «Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales…». De la misma forma que el ADN, conservando su información «familiar», al replicarse se expande en el espacio organizando los «materiales» disponibles y crea una nueva célula donde morar.
Cada uno de los linajes representados del 1 al 6 parten de la exaltación. Pero su espina dorsal desde el punto de origen, conserva el orden genealógico en las ordenanzas (corporal y del sacerdocio). De lo contrario no habría continuidad de las vidas eternas a semejanza de lo que sería la muerte en la tierra con la no continuación de los cuerpos.
«De no ser así, toda la tierra sería totalmente asolada a su venida.» (Malaquias 4:6)
Por eso en su venida, si no fuese por las llaves de Elias y la obra del templo, todo sería un gran fracaso, el mundo sería destruido.
¿Por qué?
Porque así como la perdida de replicacion en el DNA es la muerte del cuerpo, en el mundo venidero la pérdida de la union en las generaciones, en la hélice de la descendencia corporal y la del sacerdocio (Abraham 2:11) es la muerte de las vidas eternas. Sería el hundimiento de un giro eterno. Supondría la victoria del adversario, de ahí su beligerancia con la familia y el orden patriarcal. Beligerancia contra el matrimonio que es la unidad básica para ordenar entre otros aspectos, la herencia y sus ordenanzas.
Es en el giro eterno del plan de salvación, en los reinos mayores y menores, donde «serán bendecidas todas las familias de la tierra, sí, con las bendiciones del evangelio, que son las bendiciones de salvación, sí, de vida eterna» (11)
Que buen articulo….hacía un tiempo que venía pensando en lo.mismo pero tu me aclaraste otros puntos nivel macro..yo lo había conceptualizado a nivel local
Gracias
Gracias Paola. Espero tus comentarios muy en sintonia con teancum.
Deseo recibir amigo David todos sus estudios ,justo ayer hablamos dek giro de DIOS HE LEIDO ,ME SIENTO FELUZ GRACIAS
https://www.youtube.com/watch?v=3AjggJ5k6BM&t=56s
David tengo unas preguntas donde te puedo contactar gracias saludos
Mi correo es formadesk@hotmail.com
Gracias por tu trabajo David. Un giro eterno.
Gracias a ti Juan por visitar teancum y seguir buscando lo eterno